Los cambios climáticos no sólo dependen de las decisiones que toman los gobiernos y las grandes corporaciones; también, como individuos podemos cambiar nuestros hábitos en cuestión de consumo.
Durante las últimas semanas, una noticia tomó cierta relevancia porque fue anunciada en cadena nacional: "Defendamos el círculo polar ártico, necesitamos 2 millones de firmas. Participa."
Publicidad hecho con el fin de ejercer presión internacional ante la ONU y declarar al Polo Norte (ante las firmas petroleras) como una zona de exclusión para evitar dañar un ecosistema tan frágil como ese.
Pero no lo quieren defender sólo porque es frágil, sino porque es necesario para mantener el equilibrio de un ecosistema planetario del cual conocemos poco pero alteramos mucho.
Vayamos más al fondo de la noticia; nuestra sociedad es totalmente dependiente del petróleo, por ejemplo: ¿sabías que en México 7 de cada 10 focos que iluminan nuestras casas o empresas y que 7 de cada 10 motores que mueven nuestras fábricas son alimentados por energía eléctrica que es generada por la quema de petróleo?
Así que cada vez que dejas un foco prendido sin que realmente lo uses y cada vez que consumes, de forma excesiva, productos que no necesitas, se está quemando combustible; o mejor dicho: se está desperdiciando.
No somos los únicos, Estados Unidos y casi todos los países del mundo tienen este mismo esquema; su generación de energía eléctrica está basada en la quema de combustible fósil (petróleo, gas y carbón). Razón por la que las grandes empresas petroleras del mundo están buscando nuevos yacimientos y por lo que el Polo Norte es el lugar ideal para hacer estas exploraciones; un lugar virgen y con muchas posibilidades de encontrarlo y explotarlo.
Primero. Buscar la página de Greenpeace y firma.
Segundo. Analiza tus hábitos diarios en el uso y desperdicio de energía; por ejemplo, ¿Sabías que gran parte de la energía que se genera en este país se destina a casas habitación, entiéndase, tu casa? Así que gran parte de la solución se encuentra en tus manos, mejor dicho en tus hábitos cotidianos.
Tercero. Comprométete a disminuir un 10 por ciento el consumo. ¿Cómo empezar? Busca tu recibo de energía y explora en internet acciones o consejos para ahorro de energía, existen muchas páginas que te pueden apoyar.
Una vez que hayas comenzado paulatinamente a tener hábitos más consientes (apagado de luz, computadora encendida, aparatos en stand by, aire acondicionado, etc.), ahora sí, estarás con la fuerza moral de platicar con tu familia y comenzar un cambio dentro de casa; esto es complicado porque hay que cambiar acciones y a nadie le gusta, pero ahora es "bonito" y está "de moda" ser ecologista; por experiencia te digo que va a ser complicado, pero bien vale la pena hacerlo.
Ahora regresemos al inicio de este escrito, si Greenpeace está luchando y pidiéndote que firmes, cada uno de nosotros, desde nuestra actividad diaria, podemos también luchar contra nuestros hábitos "comodinos".
¿Cuál va a ser tu compromiso? Simplemente firmar y dejar que ellos actúen solos, o desde tu casa y trabajando para comenzar un cambio.
Espero que te comprometas un poco más, recuerda, el mundo no es herencia de nuestros padres, lo estamos tomando prestado a nuestros hijos ¿cómo se los regresaremos?
Me gustaría conocer tu opinión, escríbeme mario@oficinaverde.org.mx
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