domingo, 5 de mayo de 2013

Daños crecientes en ecosistemas de la Cuenca del Orinoco

 



RIO ORINOCO


El río Orinoco fluye desde los Andes colombianos hasta la costa Atlántica de Venezuela. Los afluentes del Orinoco forman una cuenca considerada como la tercera más importante del planeta y que constituye una de las áreas que más biodiversidad poseen en el mundo.

En Colombia se ha trabajado mucho en la conservación de los ecosistemas naturales del país.

Se han establecido más de 100 áreas protegidas, y más de 100 reservas indígenas en la Cuenca Colombiana del Orinoco durante las últimas seis décadas. Sin embargo, las únicas zonas en Colombia con una protección estricta son las áreas del Sistema de Parques Naturales Nacionales que protegen menos de la mitad de los ecosistemas naturales en la Cuenca. Las Reservas indígenas ayudan significativamente en la conservación de los ecosistemas naturales en la cuenca, pero no están catalogadas en la categoría de Áreas Protegidas, haciendo más difícil que los grupos indígenas ayuden a la conservación de los ecosistemas naturales en el país.

Los resultados de una investigación reciente efectuada por Ana M. Aldana de la Universidad de Los Andes en Bogotá, Colombia, y Jonathan Mitchley de la Universidad de Reading en el Reino Unido, respaldan la idea de que aumentar las áreas protegidas no necesariamente conlleva a una mejora proporcional en la conservación de los ecosistemas. Algunas áreas en la región de Los Llanos han perdido cerca de la cuarta parte de su cubierta vegetal boscosa en la última década. Las sabanas naturales han venido perdiendo extensión de manera inexorable, a razón de más de mil kilómetros cuadrados cada año, debido al cambio de uso de las tierras, que han pasado a emplearse para pastizales y plantaciones que permiten la ulterior extracción de aceite de palma. Algunas áreas tienen problemas de gestión, incluyendo un descontrol sobre el uso insostenible de los recursos y el crecimiento demográfico dentro de los parques.
La mayor parte de las tierras poseídas y controladas por comunidades indígenas todavía está en una condición ecológica muy buena, teniendo en cuenta el porcentaje de ecosistemas naturales que mantienen, especialmente si las comparamos con las del Sistema Nacional de Áreas Protegidas. Inscribir oficialmente a las Reservas Indígenas en la categoría de Áreas Protegidas ayudaría muchísimo a la conservación de la Cuenca Colombiana del Orinoco, pero éste es un tema que en Colombia despierta una gran polémica.

Aunque la cantidad de áreas protegidas casi se ha duplicado, la protección de los ecosistemas no aumenta proporcionalmente. Conviene tomar acciones urgentes para asegurar la protección de los ecosistemas naturales cuya conservación sea muy importante, ya que podrían estar en grave peligro. Es posible que más de 22.350 kilómetros cuadrados de sabanas naturales se pierdan durante los próximos 10 años, por lo que se necesita comenzar a aplicar de inmediato contramedidas eficaces a fin de impedir la desaparición futura y definitiva de estos focos de biodiversidad.

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