domingo, 14 de febrero de 2016

Cómo descubrí que el extraordinario Río Hirviente de la Amazonía no era una leyenda

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Image caption¿Burbujas en el agua de un río amazónico?
Andrés Ruzo siempre pensó que la existencia de un río hirviente en el Amazonas no era más que una leyenda.
Pero su trabajo como geólogo becado por National Geographic lo fue llevando hacia esa maravilla natural adonde, según le dijo a BBC Mundo, le gustaría "llevar a todos los chiquillos del mundo, para que vean cuán maravilloso es nuestro planeta".
Para estudiar el lugar, Ruzo tuvo que recibir la bendición de un chamán, quien le puso una condición para que las aguas pudieran encontrar el camino de regreso a su hogarAhora se prepara para el lanzamiento, este próximo martes 16 de febrero, de su libro "The Boiling River", así como el sitio web riohirviente.org / boilingriver.org.Antes de ello, el joven científico habló con BBC Mundo de su fascinante historia sobre ese lugar único cuyo nombre indígena significa "hervido con el calor del Sol".

Este es su relato:

"Cuando era niño, en Lima, mi abuelo me contó una leyenda de la conquista de España en Perú.
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Image captionLo que los españoles consideraban como el éxito de Pizarro hizo que más se aventuraran a venir a América.
Atahualpa, emperador de los incas, había sido capturado y aniquilado. (Francisco) Pizarro y sus conquistadores se habían enriquecido, y las historias sobre su conquista y gloria habían llegado a España, lo que estaba trayendo nuevas olas de españoles, ávidos de oro y gloria.
Iban a los pueblos y les preguntaban a los incas: "¿Dónde hay otra civilización que podamos conquistar? ¿Dónde hay más oro?".
Los incas, para vengarse, les decían: "Vayan a la Amazonía. Allá encontrarán todo el oro que quieran. De hecho, hay una ciudad llamada Paititi -El Dorado, en español- toda hecha de oro".
Los españoles se fueron a la selva pero los pocos que regresaron contaban historias de poderosos chamanes, de guerreros con flechas envenenadas, de árboles tan altos que tapaban el sol, de arañas que comían pájaros, culebras que se comían hombres enteros y de un río que hervía.
Todo esto se convirtió en una memoria de infancia.

Y los años pasaron

Mientras trabajaba en mi doctorado, tratando de entender el potencial de energía geotérmica de Perú, recordé esa leyenda y me pregunté: ¿Será que existe el río hirviente?
Les pregunté a colegas de universidades, al gobierno, a compañías de petróleo, gas y minería, y la respuesta siempre un "no" unánime.
Y tiene sentido.
Es que, aunque existen ríos hirvientes en el mundo, generalmente están asociados con volcanes.
Se necesita una fuente poderosa de calor para producir una manifestación geotérmica tan grande.
Pero no hay volcanes en la Amazonía, ni tampoco en la mayor parte de Perú. Por ende, no debe haber un río hirviente ahí.
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Image captionSiempre vale la pena escuchar a las tías.
Cuando estaba contando esta misma historia en una cena familiar, mi tía me dijo: "Pero no, Andrés, yo he estado ahí. Yo me bañé en ese río".
Y mi tío confirmó: "No miente. Uno sólo puede nadar en él después de una lluvia fuerte, y está protegido por un poderoso chamán. Tu tía es amiga de su esposa".

¿Cómo?

A pesar de todo mi escepticismo científico, terminé adentrándome en la selva, guiado por mi tía, a más de 700 kilómetros del centro volcánico más cercano y, honestamente, preparándome mentalmente para ver el legendario "arroyo cálido de la Amazonía".
Y entonces... escuché algo.
El sonido de un oleaje suave que se tornó más y más fuerte a medida que nos acercamos.
Sonaba como olas del mar constantemente rompiendo, y cuando estuvimos más cerca, vi humo, vapor, elevándose entre los árboles.
Y luego, vi esto:
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Inmediatamente saqué mi termómetro, y la temperatura promedio del agua en el río era de 86ºC... no precisamente los 100ºC del punto de ebullición, pero suficientemente cerca.
El río corría caliente y raudo.

Y esto es lo estrambótico...

El aprendiz del chamán me llevó río arriba al lugar más sagrado.
Empieza siendo un arroyo frío. Luego, en el hogar de Yacumama, la madre de las aguas -el espíritu de una serpiente gigante que da a luz agua fría y caliente- está la corriente caliente que se mezcla con la fría bajo sus protectoras mandíbulas, dándoles vida a sus leyendas.
A la mañana siguiente, me desperté y pedí un té.
Me entregaron una taza, una bolsa de té y me señalaron el río.
Para mi sorpresa, el agua era limpia y su sabor era agradable, algo poco muy común en los sistemas geotérmicos.
Lo asombroso es que los locales siempre han sabido de este lugar, y que yo no era de ninguna manera el primer forastero en verlo.
El río es sencillamente parte de su cotidianeidad. Toman su agua, aprovechan su vapor, cocinan, limpian y hasta toman sus medicinas con él.
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Image captionMedir la temperatura no siempre es fácil.
Cuando conocí al chamán me pareció como una extensión del río y su selva.
Me preguntó qué intenciones tenía y escuchó con atención.
Luego, para mi tremendo alivio, una sonrisa empezó a dibujarse en su rostro, y simplemente se rio.
Recibí la bendición del chamán para estudiar el río con la condición de que, después de que analizara las muestras en mi laboratorio, donde quiera que estuviera en el mundo, las vertiera en la tierra para que las aguas pudieran encontrar el camino de regreso a su hogar.

Manantiales calientes que brotan de fallas

El nombre indígena del río, Shanay-timpishka, significa "hervido con el calor del Sol", lo que indica que no soy el primero en preguntarme por qué hierve el río, y demostrando que la humanidad siempre ha tratado de explicarse el mundo que le rodea.
Entonces, ¿por qué hierve?
Así como nosotros tenemos sangre caliente corriendo por nuestras venas y arterias, la Tierra tiene agua caliente corriendo por sus grietas y fallas.
Cuando llegan a la superficie, se producen manifestaciones geotérmicas: fumarolas, aguas termales o, en este caso, ríos hirvientes.
Lo que realmente es increíble sin embargo es la escala del lugar.
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El río fluye caliente por 6,24 kilómetros y a lo largo de la mayoría de ese camino es más ancho que una autovía de dos carriles.
Tiene piscinas termales y cascadas de más de 6 metros de altura... todo con agua casi hirviendo.
Cuando mapeamos las temperaturas a lo largo del río, mostraron una tendencia curiosa.
El río empieza frío, luego se calienta, se vuelve a enfriar y otra vez a calentar, nuevamente baja la temperatura y vuelve a subir, y finalmente empieza a reducirse hasta que desemboca en otro río.

El número mágico

Es 47... porque a los 47ºC empieza a doler, y lo sé por experiencia.
Más alto que esa temperatura, hay que tener cuidado; puede ser mortal.
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Image captionHermoso y peligroso...
He visto todo tipo de animales caerse y lo que más me aterra es que el proceso es siempre muy similar.
Lo primero que pierden son los ojos que, aparentemente, se cocinan muy rápido: adquieren un color blanquecino.
La corriente se los va llevando y ellos tratan de nadar para salirse pero su carne se está cocinando pues es tan caliente.
Así que van perdiendo fuerzas hasta que finalmente llegan al punto en el que el agua caliente entra en su boca y se cocinan por dentro.
Un poco sádico, ¿no?
Pero es que, una vez más, lo que es increíble son las temperaturas. Son similares a las de volcanes que he visto en todo el mundo, incluso supervolcanes, como Yellowstone.
La cosa es que la información nos muestra que el río hirviente existe independientemente del volcanismo.

Su origen no es ni magmático ni volcánico... ¿cómo puede existir?

Durante años les he estado preguntado a expertos geotérmicos y vulcanólogos y aún no he podido encontrar otro sistema geotérmico no volcánico de esta magnitud.
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Image captionRuzo es un explorador de National Geographic, y desde que encontró el río lo ha estado estudiando.
Es único.
Es especial a escala global.
En todo caso, ¿cómo funciona? ¿De dónde viene su calor?
Aún hay que investigar mucho para entender mejor pero según la información que hemos recogido, parecería ser el resultado de un gran sistema hidrotérmico.
Básicamente, el agua podría venir de los glaciales de los Andes que, tras filtrarse hasta lo profundo de la Tierra, brota como agua hirviendo, calentada por el gradiente geotérmico, todo gracias a su situación geológica única.
Trabajando con colegas de National Geographic, Dr. Spencer Wells, y de UC Davis, Dr. Jon Eisen, secuenciamos genéticamente los organismos extremófilos que viven dentro y alrededor del río, y encontramos nuevas especies.
Sin embargo, a pesar de todos esos estudios, todos los descubrimientos y las leyendas, queda la pregunta:

¿Cuál es el significado del río hirviente?

¿Cuál la trascendencia de esa nube estacionaria que flota sobre ese retaso de selva? ¿Cuál es la importancia de un detalle en una leyenda de la infancia?
Para el chamán y su comunidad, es un lugar sagrado.
Para mí, como geocientífico, es un fenómeno geotérmico único.
Pero para los leñadores ilegales y los ganaderos, es sólo otro recurso para explotar.
Y para el gobierno peruano, es otro terreno desprotegido, listo para ser desarrollado.
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Image captionLa pesadilla de Andrés Ruzo: la selva perdida.
Mi meta es asegurar que quien sea que controle esta tierra comprenda el significado y la singularidad del río hirviente.
Porque de eso se trata, de significado.
Y la cosa es que nosotros definimos el significado. Tenemos ese poder.
Somos nosotros los que trazamos la línea entre lo sagrado y lo trivial.
Y en esta época, en la que todo parece estar mapeado, medido y estudiado; en esta era de la información, les recuerdo que los descubrimientos no sólo se hacen en el vacío negro de lo desconocido sino también en medio del ruido blanco de la abrumadora cantidad de data.
Ahí tanto más para explorar.
Vivimos en un mundo increíble. Así que sal, sé curioso.
Vivimos en un mundo en el que los chamanes aún le cantan a los espíritus de la selva, en el que los ríos hierven y las leyendas cobran vida"
Andrés Ruzo
SOFÍA RUZO
Si entiendes inglés y quieres escuchar a Andrés Ruzo contando la historia, ve a TED Talk http://www.ted.com/talks/andres_ruzo_how_i_found_a_mythical_boiling_river_in_the_amazon

martes, 9 de febrero de 2016

¿Parece habitable la Tierra a cientos de años luz?

Un astrónomo extraterrestre probablemente pensaría que estamos demasiado cerca del Sol como para albergar vida y nos descartaría como objeto de estudio.


A cientos de años luz la Tierra puede parecer un planeta demasiado caliente para albergar vida - NASA
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Sabemos que la Tierra es un planeta habitable porque aquí estamos, pero ¿qué impresión nos daría nuestro propio mundo a cientos de años luz de distancia? Buena sí, pero no óptima, según el astrónomo Rory Barnes de la Universidad de Washington.
Los astrónomos detectan posibles exoplanetas, planetas que se encuentran más allá del sistema solar, no a través de la observación directa, sino por la atenuación de la luz que se produce cuando esos mundos pasan por delante de su estrella anfitriona, lo que se denomina «tránsito».
Muchos factores influyen a la hora de juzgar la posible habitabilidad de un mundo, incluyendo la cantidad de energía que recibe de su estrella, la distancia y el radio de su trayectoria orbital y el comportamiento de sus planetas vecinos. La espectrometría se utiliza para estimar la masa y el radio de la estrella anfitriona, a partir de la cual los astrónomos pueden estimar el tamaño del planeta mismo.
Pero la validación o confirmación de planetas es metódica, el trabajo consume mucho tiempo, y el acceso a los grandes telescopios necesarios es caro. Por todo ello, el índice de habitabilidad, que considera todos esos factores, ayuda a los astrónomos a clasificar y priorizar los planetas para ayudar a determinar cuáles son dignos de un estudio más detallado y descartar los que no lo sean.
Gestionando estos miles de cálculos, el índice de la Tierra, si se observa desde lejos, de la misma forma que ahora observamos planetas lejanos, es de aproximadamente el 82% de ser el adecuado para la vida. ¿Pero por qué nuestro planeta, el único ejemplo de mundo conocido capaz de alojar vida, no se lleva un 100% en su calificación?
«Básicamente, porque podríamos estar demasiado cerca de nuestra estrella», afirma Barnes. «De hecho, estamos bastante cerca del borde interior de la zona habitable. Si nos fijamos en la Tierra con nuestras técnicas actuales, llegaríamos razonablemente a la conclusión de que podría ser demasiado caliente para la vida». Un astrónomo extraterrestre que utilizara técnicas similares a las nuestras probablemente nos encontraría interesantes, pero no gritaría ¡eureka! en cuanto nos viese. No sabría que hay océanos y vida, sino solo un mundo que parece demasiado caliente.

El gemelo de la Tierra, despreciado

La zona habitable es la franja de espacio alrededor de una estrella donde el planeta rocoso que la orbita puede ser capaz de mantener agua líquida en su superficie, dando así una oportunidad a la vida. Pero la distancia a la estrella anfitriona es sólo uno de los muchos puntos que forman el índice de habitabilidad. Otros son la composición del planeta, los detalles de su trayectoria orbital y el comportamiento de los mundos cercanos.
Lo que Barnes quiere apuntar es que si se encontrara un gemelo de la Tierra, cerca del borde interior de su zona habitable, y otro planeta con una calificación del índice de habitabilidad superior, ¿en el estudio de cuál de ellos deberíamos gastar millones? El gemelo de la Tierra perdería. Con ello, Barnes quiere poner de manifiesto que quizás tengamos una información muy limitada a la hora de ponernos a estudiar a los candidatos a una futura Tierra.

Cómo Europa contribuyó al calentamiento global plantando árboles

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Un nuevo estudio sugiere que no se trata solo de plantar árboles, también hay que fijarse en el tipo de árbol.
Cuando se trata del calentamiento global, plantar cualquier árbol para regenerar un bosque no parece ser suficiente: tiene que ser el adecuado.
Por ejemplo, según un nuevo estudio, los árboles que crecen en Europa desde 1750 han contribuido con el calentamiento global.
Investigadores aseguran que el haber remplazado especies frondosas con coníferas es una razón clave en el impacto negativo del clima.
Esto se debe a que los árboles coníferos, como los pinos y píceas, por lo general son más oscuros y absorben más calor que especies como roble y abedul.
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Image captionEn el último siglo, el área boscosa en Europa se ha duplicado.
Los autores de la investigación publicada en la revista Science creen que el trabajo tiene implicaciones en los esfuerzos que se están realizando para limitar el aumento de la temperatura con la reforestación masiva.
El follaje verde de Europa se redujo dramáticamente entre 1750 y 1850, cuando el área boscosa disminuyó unos 190.000 km cuadrados.

La ironía del carbón

Irónicamente, el aumento del consumo de combustibles fósiles, especialmente carbón, redujo la "fiebre de la madera".
Ydesde 1850 hasta nuestros días, los bosques en Europa ocupan 386.000km cuadrados, cubren un 10% más de terreno que antes de la revolución industrial.
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Image captionLos bosques sin hojarascas ni madera muerta tiene un impacto en los esfuerzos por contrarrestar el calentamiento global.
Sin embargo, la forma y contenido de esta nueva madera difiere considerablemente de lo que había antes.
En el pasado, estos bosques se extendían libremente por todas partes, pero en el mundo moderno, aproximadamente el 85% de los árboles del continente son administrados por el hombre.
Durante los últimos 150 años, los guardabosques han adoptado un enfoque científico de los bosques, plantando árboles de crecimiento más rápido y mayor valor comercial, como el pino escocés y el abeto rojo.
La rápida reforestación de grandes extensiones de Europa se ha visto por lo general como algo bueno, debido a la capacidad de los árboles para absorber dióxido de carbono; algo que se ha hecho particularmente relevante en las últimas décadas.
Pero el nuevo estudio cuestiona el impacto positivo en el clima de estos árboles nuevos.

Más frondosos y menos coníferos

El equipo de investigación hizo una reconstrucción de 250 años de la historia del manejo de los bosques en Europa y descubrió que la forma en que han sido controlados por los humanos puede llevar a mucho menos almacenamiento de dióxido de carbono (CO2) que si se hubiera dejado a la naturaleza actuar libremente.
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Image captionLos expertos recomiendan un posible remplazo de árboles coníferos por unos más frondosos.
Limpiar los bosques de árboles y ramas caídas hace que se libere CO2 que de otra forma permanecería almacenado en la hojarasca, madera muerta y suelo.
La elección de árboles coníferos sobre especies más frondosas también ha tenido un impacto significativo en el albedo, la cantidad de radiación solar que se refleja de vuelta al espacio.
"Incluso los bosques mejor administrados de hoy almacenan menos dióxido de carbono que sus equivalente naturales de 1750", explica la doctora Kim Naudts, quien realizó el estudio en el laboratorio de Ciencia Climatológica y Medioambiente en Gif-su-Yvette, Francia.
"Debido al cambio hacia las especies coníferas, en Europa ha habido un calentamiento de casi 0,12 grados, y esto se debe a que los coníferos son más oscuros y absorben más radiación solar".

Sin tocarlos mucho

Los investigadores señalan que el incremento en la temperatura es equivalente al 6% del calentamiento global atribuido a la quema de combustible fósil. Agregan que se trata de una cifra significativa y que es probable que el impacto sea similar en regiones donde haya tenido lugar el mismo tipo de forestación.
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Image captionBajo la gestión humana, los bosques europeos se han esparcido, pero almacenan menos CO2.
Muchos gobiernos han hecho de la reforestación una parte clave en sus planes para lidiar con el cambio climático; China está construyendo la "gran muralla verde" de árboles que una vez concluido el proyecto se espera cubra unas 400 millones de hectáreas.
Pero los autores sugieren que el mundo debe prestar atención tanto al tipo de árboles que están plantando como la forma en que se están administrando los bosques nuevos.
"No debemos poner nuestra esperanza en la forestación para mitigar lo que es un problema de emisión", le aclaró Naudts a la BBC.
"Nuestros resultados indican que en grandes partes de Europa un programa para sembrar árboles podría compensar las emisiones, pero no enfriaría el planeta, especialmente si la reforestación se hace con coníferos".
Los especialistas creen que se debe considerar la posibilidad de un programa de remplazo, y en la medida que se cosechan coníferos, más especies frondosas deberían remplazarlos.