miércoles, 26 de febrero de 2014

Buscan salvar de la extinción al más raro pinzón de Darwin


Esta ave es la más rara de las trece investigadas por Darwin en las Galápagos en 1837.

Científicos del Parque Nacional Galápagos (PNG), de la Fundación Charles Darwin y del Zoológico de San Diego (EE.UU.) se propusieron salvar de la extinción al más raro de los pinzones estudiados hace casi 180 años por el científico inglés en ese archipiélago ecuatoriano.
Se trata del raro pinzón de manglar (Camarhynchus heliobates), confinado actualmente a una pequeña región de 30 hectáreas en Playa Tortuga Negra y Caleta Negra, en la Isla Isabela, la más grande y occidental de las Galápagos.
Los científicos calculan que no hay más de entre 60 y 80 individuos de pinzones de manglar, los que están amenazados por especies invasoras introducidas como ratas, gatos y, especialmente, la mosca parásita Philornis Downsi, que ataca a los polluelos.
Por ello, un grupo de científicos, instaló el pasado 25 de enero un campamento en Playa Tortuga Negra, en el norte de Isabela, para emprender el proyecto de recuperación del pinzón de manglar, especie ubicada en una lista de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) como críticamente amenazada.
La ministra ecuatoriana de Ambiente, Lorena Tapia, destacó la unidad entre las entidades científicas para acometer un proyecto de tanta importancia en materia de conservación.
"Debido a la magnitud geográfica de los problemas que enfrentamos, se requiere aunar esfuerzos para la conservación de una especie que se ve seriamente afectada" como el pinzón de manglar, afirmó Tapia.
Por su parte ,Arturo Izuerieta, director del PNG, explicó que el grupo científico cuenta con equipos especiales para llevar adelante el proyecto. Se recogen los nidos construidos en las copas de árboles, de hasta 17 metros de alto, para llevarlos a incubadoras donde se pueda completar el ciclo para la eclosión.
Lo anterior se debe a que los especialistas han registrado una tasa de mortalidad del 95 por ciento, especialmente por la incidencia de la mosca Philornis downsi que, en su estado de larva, se alimenta con sangre de los polluelos en los nidos.
"Los huevos y pichones son trasladados en un contenedor hermético hasta un sitio acondicionado (...) para la incubación y crianza en cautiverio de los individuos, que serán evaluados para comprobar o descartar que están infectados con la larva", agregó Izurieta.
Además, precisó que en una primera fase serán recogidos los huevos de una decena de nidos que se encuentren en estado avanzado de incubación natural. En el campamento, los científicos de la Fundación Charles Darwin y del Zoológico de San Diego cuidan el peso y humedad de los huevos y alimentan permanentemente a los polluelos, cuyo hábitat provisional ha sido adecuado para que escuchen grabaciones de sonidos de pinzones adultos, con el objetivo que se habitúen a sus colonias.
El PNG informó que dos polluelos extraídos en la primera expedición al sitio "se encuentran estables, mientras que el primer polluelo incubado salió del cascarón el 10 de febrero. El sitio cuenta ya con ocho pichones nacidos".
Agregó que en una segunda fase y una vez que los pichones alcancen un "estado de volantones" (capaces de volar), se los repatriará a un área de adaptación en Playa Tortuga Negra, para que se familiaricen con el área hasta evaluar el momento adecuado para su liberación.
Este proceso será controlado hasta que los pichones se alimenten de forma independiente, aunque los individuos podrán volver al aviario de cautiverio. Las aves serán vigiladas permanentemente a través de sistemas de telemetría.
La neozelandesa Francesca Cunninghame, científica de la Fundación Charles Darwin a cargo del proyecto, explicó que el programa se empezó a planificar hace unos tres años y destacó el trabajo en equipo para "la recuperación de la población silvestre del pinzón de manglar".
Este tipo de ave es la más rara de las trece variedades de pinzón investigadas por Darwin en las Galápagos en 1837, estudio que luego le valdría para elaborar su teoría sobre la selección natural y evolución de las especies.
Con unos 132.000 kilómetros cuadrados de reserva marina, Galápagos, situado a unos mil kilómetros al oeste de las costas de Ecuador, es uno de los archipiélagos oceánicos más grandes y con mayor biodiversidad del mundo y debe su nombre a las tortugas gigantes que habitan sus islas.
EFE

sábado, 22 de febrero de 2014

Quién hace caja con el cambio climático

Empresas y fondos apuestan por industrias que se beneficiarán del aumento de las temperaturas. Entre sus apuestas: el agua, el gas natural licuado y las lámparas 'led'.


Vista del pantano de la Viñuela, en Málaga, con un bajo nivel de agua debido a la sequia, en 2008. / GARCIA-SANTOS
El año pasado un satélite de la Nasa registró en la Antártida 92,9º bajo cero. La segunda temperatura más baja de la historia. Incluso en los veranos marcianos, en sus polos, la climatología resulta más benigna. A la vez, el periodo que va de 1983 a 2012 el más cálido en 1.400 años, según las conclusiones del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático. En este mundo extremo, en el que la nieve cae como estalactitas y en el que la OCDE advierte de que casi la mitad de la población mundial vivirá en 2030 en condiciones graves de estrés hídrico, algunos se preparan para hacer (mucho) dinero.
El calentamiento global aumenta la posibilidad de padecer alergias, incrementa los déficits nutricionales, multiplica la exposición de la población a catástrofes ambientales y enfrenta a millones de seres humanos al desabastecimiento de agua y alimentos. Frente a esta situación, la industria actúa de dos formas: adaptándose o innovando. Y ambas pueden ser muy lucrativas. Por eso ante esta “nueva normalidad” algunos emprendedores han lanzado diseños innovadores como barreras contra tormentas marinas, islas y penínsulas artificiales o plantas desalinizadoras. El negocio lo abarca casi todo. Desde energías renovables (solar, eólica, marina) hasta sistemas para manipular el clima (geoingeniería).
El negocio abarca desde energías renovables
hasta sistemas para manipular el clima
Pero al lado de quienes crean viven quienes, sencillamente, aprovechan las nuevas oportunidades. La previsible carestía de agua está provocando que cada vez más países e inversores acaparen tierras en África y Latinoamérica para asegurarse reservas acuíferas. La plataforma Land Matrix ya contabiliza 35,64 millones de hectáreas de tierras (casi cuatro veces el tamaño de Portugal) acaparadas en el mundo. Además, como señala el periodista McKenzie Funk, quien acaba de publicar Windfall (The Booming Business of Global Warming), “el deshielo en el Ártico abre paso a la explotación de las petroleras” y a nuevas rutas de navegación y comercio, lo cual, a la vez, podría avivar la tensión geopolítica entre los países de la zona.
Los expertos alertan además sobre los efectos de este fenómeno en la producción global de alimentos. “El cambio climático minará la producción mundial de alimentos, la convertirá en más imprevisible y veremos con mayor frecuencia periodos de escasez. La crisis alimenticia de 2008 es un buen ejemplo. Compañías como Cargil, que controla el negocio del grano, Monsanto [también habría que sumar a Bayer y Basf], primer fabricante de semillas genéticamente modificadas, o Yara, que domina el mercado de los fertilizantes, obtienen ya beneficios récord”, avisa Devlin Kuyek, experto de la ONG Grain. Y advierte: “El control de las multinacionales resulta cada vez más extremo”. Para lo discutible y para lo encomiable. En el sector del automóvil, los coches híbridos impulsados por General Motors, Honda, Ford y, sobre todo, Toyota sitúan a estos fabricantes como otros de los ganadores del calentamiento global.
La quiniela de vencedores incluye también a otras industrias. Giles Money, de la gestora Schroders, espera que “la industria de la iluminación por led [consume mucho menos que las luminarias tradicionales] crezca significativamente este año”. Habla, incluso, de un 30% para los próximos ejercicios y cita también al sector de la construcción, sobre todo en los mercados desarrollados, y al comercio electrónico, cuya baja huella de carbono, según Money, permite a los distribuidores mejores precios. Por su parte, Luciano Diana, gestor del fondo Pictet Clean Energy, abre la conversación con un recuerdo. “El mundo gasta de media el 8% de su riqueza en energía, pero dos terceras partes se pierden antes de llegar al usuario”, sostiene. Bajo estas condiciones, el gran beneficiado del cambio climático será la eficiencia energética. Y ahí estarán las compañías de gas natural comprimido y licuado, que es más barato y limpio que el petróleo o las empresas relacionadas con el ahorro de energía en la industria (Fanuc, Rockwell Automation o Delta Electro.
Son nombres que forman frases, que construyen párrafos que crean páginas que escriben la novela del negocio del cambio climático. Y en ella, los seguros y las empresas que manejan información meteorológica harán caja. Por eso, Monsanto adquirió el año pasado la firma Climate Corporation, que suscribe seguros meteorológicos para granjeros. La idea es vender información a los agricultores que emplean sus semillas modificadas genéticamente. Quien conozca el tiempo (una buena oportunidad de negocio, por cierto, para el operador español de satélites Hispasat) ganará millones. A esa carta también juegan los grandes del seguro como AON, AIG, Zurich, Swiss Re o Lloyd’s. Esta última ve la cuenta de resultados fuera. “El cambio climático tendrá más impacto en otras partes del mundo antes que en el Reino Unido. Al ser Lloyd’s una aseguradora global tenemos la responsabilidad de analizar estos impactos y asegurarnos de que todo, incluyendo precios y pólizas, va en consonancia con estos cambios”, indica Trevor Maynard, alto ejecutivo de Lloyd’s.
Ahora bien, una de las habilidades del capitalismo es su destreza para transformar un problema en un activo financiero con el que ganar dinero. Ya sea tangible, como el agua, o inasible como el dióxido de carbono. Aun así, para los inversores en el cambio climático la clave habita en el agua. Las emisiones de carbono son invisibles. Pero los glaciares que se derriten, el agua que se evapora o las lluvias que caen torrenciales son el auténtico rostro del cambio climático.
A partir de 2006, después de que Al Gore, ex vicepresidente de Estados Unidos con Bill Clinton, presentara el documental Una verdad incómoda y que el deshielo en el ártico alcanzara en aquellos días su nivel récord, la industria financiera “reaccionó” a su manera. En solo dos años se lanzaron 15 fondos que invertían en agua y sus aledaños. En un suspiro reunieron 13.000 millones de dólares (9.492 millones de euros) y los grandes de la industria Goldman Sachs, UBS o Credit Suisse ficharon a analistas hídricos. Algo insólito. El agua iba a ser el petróleo de la nueva centuria, dijeron. En verdad, “una puerta abierta al hidrocolonialismo”, ironiza Gustavo Duch, coordinador de la revista Soberanía Alimentaria. De hecho, Goldman Sachs escribió en 2008: “A riesgo de ser alarmistas, vemos paralelismo con la economía maltusiana [Esa apocalíptica teoría que advierte de que no hay recursos para todos]. Globalmente, cada 20 años el consumo de agua se duplica”.
Con el paso del tiempo, los fondos han suavizado esa posición tan dramática. Y durante la crisis financiera algunos productos especializados en energías renovables y cambio climático sufrieron salida de capitales. DWS —gestora del Deutsche Bank— transformó su DWS Climate Change Fund por un más genérico DWS Invest Clean Tech, que gestiona algo más de nueve millones de euros.
Aun así, los analistas del banco privado Julius Baer estiman que solo en Suiza hay bajo gestión 50.000 millones de francos (40.900 millones de euros) en fondos asociados al calentamiento global. “Y han crecido” —afirma la entidad helvética— “más de un 30% anual durante los últimos cinco años”. Es más, el fondo que gestiona las pensiones danesas acaba de anunciar que invertirá 188 millones de euros en proyectos que luchen contra el cambio climático.
A estas alturas del problema pocos dudan del potencial económico de la unión del hidrógeno y el oxígeno. “En algunos países existe un mercado para los derechos del agua, pero vemos poco valor ahí. Sin embargo, hay mucho por invertir en compañías activas en el ciclo del agua. Infraestructuras (diseño de plantas de tratamiento, válvulas, tuberías), reciclaje así como tecnologías relacionadas con este elemento (filtración, desinfección, control de la calidad)”, desgrana Jens Peers, jefe de Inversiones de la gestora Mirova. Aquí encajarían, por ejemplo, las españolas Abengoa o Gamesa. “Todo lo relacionado con el desarrollo de nuevas tecnologías bajas en carbono tiene potencial”, resume Peter Sweatman, director ejecutivo de la consultora Climate Strategy.Al fin y al cabo, los estrategas financieros del mundo piensan de forma más sencilla de lo que creemos. Casi nada es compleja econometría, sino pura lógica. “No existe ningún sustituto del agua a ningún precio. Y no se puede fabricar”, narra, en el libro Windfall, John Dickerson, un antiguo analista de la CIA y fundador del fondo especializado en agua Summit Global Management. Bajo este escenario, el agua se siente huérfana —carece de una legislación que la proteja internacionalmente— y los inversores han puesto el ojo en ella. Uno de los resultados es un boyante negocio que mueve más de 300.000 millones de dólares (219.000 millones de euros) y cuyos beneficios se reflejan en los principales índices de Wall Street. En los últimos diez años —describe la gestora Fidelity— el S&P Global Water ha dado más dinero a los inversores que el petróleo, el gas o las materias primas. Incluso ha superado en rentabilidad al S&P 500, que agrupa a la crème de la crème de las grandes corporaciones estadounidenses.
En los últimos 10 años el índice S&P Global Water ha dado a los inversores que el petróleo o el gas
Lejos de España, en las gélidas tierras de Islandia, cuando sus habitantes miran a su alrededor, saben que son dueños de un tesoro. Tienen 25.000 veces más agua per cápita que los Emiratos Árabes. Y el brillo de sus glaciares ha atraído a inversores daneses, kuwaitíes, ingleses, chinos. Todos con una misma idea: usar viejos buques petroleros para transportar el agua. El cambio climático les permite acceder a más líquido y a la vez el deshielo abre caminos antes bloqueados.
Este fenómeno suena como una sinfonía a oídos de las grandes petroleras. “Repsol está presente en el Ártico en línea con su estrategia de diversificación geográfica”, cuenta a través del correo electrónico la compañía. La topografía de su presencia se “limita” a Alaska. En este santuario natural cuenta con 93 bloques en el mar de Chukchi, 67 en Beaufort y 231 en la zona de North Slope. En total, 391. Aunque todavía ninguno se encuentre en producción, el año pasado la empresa añadió 46 nuevos bloques en North Slope. Una evidencia del potencial que avizoran. “Lo que hace Repsol allí, con su presencia, es garantizarse un lugar a la espera de que el cambio climático haga el negocio todavía más accesible”, señala Sara del Río, de Greenpeace.
Este es el porvenir, el presente transita algo más tranquilo. “No se han identificado riesgos físicos relacionados con el cambio climático tan potentes como para provocar una modificación sustancial de nuestras operaciones”. Así lo sostiene la firma de transportes UPS, uno de los futuribles beneficiados, junto a sus competidores (TNT, DHL, FedEx), del deshielo ártico al abrirse nuevas rutas.
Aunque quizá lo más preocupante sea que el calentamiento global no solo deja vencedores y vencidos en la economía sino también en la geopolítica. “En todos los análisis Rusia es un ganador del cambio climático. Su tundra será cultivable, el deshielo permitirá acceder con mayor facilidad a los recursos naturales y facilitará las líneas de transporte”, enumera Gonzalo Escribano, director del Programa de Energía y Cambio Climático del Real Instituto Elcano. “Por el contrario España será uno de los perdedores. Habrá más presión desde el Sáhel por las hambrunas, y la subida del mar provocará que el litoral mediterráneo español se transforme en marismas y aumente el riesgo de malaria”.

La nueva ‘hipoteca basura’

“Si no se corrige el desequilibrio entre las inversiones en altos y bajos contenidos de carbono, los riesgos relacionados con el cambio climático podrían herir al sistema financiero mundial como lo hizo en 2008 la crisis de las hipotecas subprime”. Esta es la predicción de Julian Poulter, director del Asset Owners Disclosure Project, una organización que protege los fondos de pensiones de sus miembros de las consecuencias del calentamiento global. Esa declaración, hecha al periódico británico The Guardian, es un aviso a las grandes gestoras de fondos, y a su, hasta ahora, mirar hacia otro lado. Porque en la traslación entre cambio climático y finanzas queda demasiado por hacer. Básicamente porque el mercado de emisiones (donde se fija el precio de referencia del carbono) no termina de funcionar y no ayuda a que el sector productivo cumpla sus objetivos climáticos. Emitir una tonelada de dióxido de carbono cuesta unos seis euros. Menos que un menú en una casa de comidas. Cuando en teoría el sistema estaba diseñado para que los derechos de emisión oscilaran entre 25 y 30 euros. El parón económico en Europa ha provocado que las empresas tengan un exceso de oferta (la Administración les asigna un número determinado de derechos) e invertir en ahorro no compensa, porque la tonelada se vende muy barata. “La situación que vive el mercado del carbono [en 2013 cayó un 38% a nivel mundial] no permite tampoco crear productos de inversión atractivos. Y esto es un gran hándicap”, advierte José Luis Blasco, responsable de Cambio Climático y Sostenibilidad de KPMG. “Porque si pienso que el precio del CO2 va a subir puedo crear un swap o un futuro [productos financieros de alto riesgo y elevada rentabilidad] y que la gente invierta”.

lunes, 17 de febrero de 2014

Crean una superpatata capaz de resistir la peor plaga

Modificada genéticamente, habría evitado la hambruna irlandesa de 1840

Científicos británicos han desarrollado unas patatas modificadas genéticamente que son resistentes a la plaga del hongo 'phytophthora infestans', que se considera la mayor amenaza para el tubérculo. Este logro, que ha requerido tres años de estudio, necesita ahora la aprobación de la UE para que se pueda comercializar.
La 'phytophthora infestans' ha afectado a los agricultores a lo largo de generaciones y fue la responsable de la hambruna irlandesa de la década de 1840. Según explican los expertos a la BBC, las patatas son especialmente vulnerables a este hongo, que aparece en zonas de gran humedad. La velocidad con la que esta infección se afianza y el impacto que causa son "devastadores" y pueden llegar a afectar a seis millones de toneladas de las patatas producidas en Reino Unido en un año.
Ante estas cifras, los investigadores del Centro John Innes y el Laboratorio Sainsbury comenzaron a buscar una solución agregando un gen a las patatas Desiree, de un pariente silvestre de América del Sur. A su juicio, el uso de técnicas para agregar genes extra fue crucial en el desarrollo de una planta resistente a la plaga.
"La cría de parientes silvestres es laboriosa y lenta, y para cuando un gen se introdujo con éxito en una variedad cultivada ya puede haber desarrollado la capacidad para superar la plaga", ha señalado el autor principal del estudio, Jonathan Jones. "Y creo que la genética es mejor forma que la química para controlar la enfermedad", ha apuntado.

Todavía no las han probado

En 2012, el tercer año de la prueba, todas las patatas no modificadas genéticamente se infectaron con el tizón tardío de agosto, mientras que los vegetales modificados permanecieron totalmente resistentes al final del experimento. Hubo también una diferencia en el rendimiento, con la nueva variedad se produjo el doble de cantidad de tubérculos.
Lo que los autores del trabajo, publicado en 'Philosophical Transactions' de la Royal Society B, no pueden comentar es el sabor de estas patatas, ya que se les prohibió comer la variedad transgénica. Sin embargo, aseguran que los nuevos genes no tienen por qué afectar al sabor.
"El balance será a favor de los agricultores. Puede que tengan que pagar más por la semilla, pero van a ahorrar en fungicida", ha concluido Jones.

viernes, 14 de febrero de 2014

Clima y medio ambiente: Los eventos climáticos extremos

 
Sequía en Dadaab, Kenia en 2011.-

Estas palabras “eventos climáticos extremos”, las vengo utilizando en los artículos que voy redactando por la significancia y pertinencia en un grado tan preciso para reflejar, lo más cercano posible, lo que está sucediendo en nuestro planeta.

El cambio climático y sus efectos.-

Resultado innegable que el hombre es responsable del cambio climático, cuando los patrones de consumo de recursos y la consecuente generación de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), convierten a la Tierra en un “invernadero”.

Los GEI atrapan y retienen gran parte de la energía solar, se incrementa la temperatura atmosférica y se modifican en intrincado sistema climático global.

Es noticia diaria que los glaciares están desapareciendo, que las inundaciones arrasan con inmensas áreas urbanas y rurales, que olas de frío con nieve a niveles y cantidades extremas golpean fuertemente inmensas, en la antípoda, que las sequías se cobran con los animales, los cultivos agrícolas y los incendios forestales reflejan imágenes dantescas de destrucción. A toda esta clase de sucesos se los denomina como eventos climáticos extremos.

Siempre el clima hizo lo suyo, la diferencia y que preocupa ahora y de sobremanera es el vínculo entre las actividades altamente contaminantes, que en conjunto, como humanidad, venimos realizando desde el pasado siglo y el incremento en la frecuencia, fuerza y localización de fenómenos naturales sin precedentes anteriores. 

Se deben a procesos naturales.-

Se suele leer a algunos grupos claramente identificables por sus intereses o grado de preparación, que los eventos climáticos son achacables a la misma vida del planeta. Algo así como decir que tuvimos una glaciación ahora pasamos por un calentamiento global y si zafamos de oscilaciones durante millones de años, nuestro hogar global siempre nos dará cobijo, por ende hagamos a un lado nuestras preocupaciones ambientales y sigamos aprovechando los recursos naturales como ahora.

Pues no. Ese no es el discernimiento correcto y mas bien es el dañino que afecta a la sustentabilidad de la biosfera y nos lleva a “adormilarnos” más en lo concerniente a la educación ambiental.

Eventos insólitos.-

Por no usar otra denominación, algunos sucesos extremos de los últimos años que nos han dejado boquiabiertos han sido la mega inundación en Nueva Orleans por el huracán Katrina, la magnitud del huracán Sandy y los daños causados, las olas de frío que golpearon casi a todo Estados Unidos con temperaturas jamás registradas. 

En Asia, aún queda en nuestra retina lo sucedido en Filipinas cuando el tifón Haiyán borró pueblos enteros con una furia total. Los incendios forestales en Australia o en California que con más frecuencia ocurren y que nos dejan consternados al ver un infierno que destruye todo ante su paso. 

Las olas de calor, extraordinarias, que no hace muchos años atrás se cobró con la vida de miles de personas en Europa que ni se imaginaban que podría suceder, y así, podríamos seguir nombrando hasta el cansancio lo sucedido.
Imagen satelital del huracán Katrina.-

¿Qué hacer?

Muchas cosas están pendientes para hacer. Luchar contra la fuerza de la naturaleza es imposible. Domarla no es viable. Nos queda convivir con la misma sin agravar la situación actual.

El cambio de la matriz energética es prioritaria. Los combustibles fósiles y el carbón, que al ser utilizados generan los principales gases responsables del calentamiento planetario deberán ser reemplazados por otras fuentes menos agresivas (suena utópico) como la energía solar, geotérmica, eólica, entre algunas.

La modificación de los hábitos de consumo de una buena parte de la población será otra medida altamente efectiva (suena utópico, también). Consumimos los recursos desenfrenadamente al punto que necesitamos 1 ½ planeta Tierra para satisfacer nuestra demanda actual.

Es incorrecto, reduccionista e incompleto poner a todas las naciones en la misma bolsa. Jamás se podrá equiparar el impacto ambiental que genera China con el de Maldivas pero me animo a decir, para fines ilustrativos, que éstas propuestas pueden ser adoptadas por todos.

La educación ambiental es el pilar más fuerte y una herramienta contra la desidia global. Las soluciones o las medidas para revertir el proceso de deterioro ambiental difícilmente vendrán de la clase política o de los conglomerados económicos que tienen muchos intereses.

La educación deberá partir por exigencia nuestra, ejerciendo nuestros derechos básicos, elementales, en todo estamento público y privado. Desde la escuela, al hogar al estado y todo nicho que la sociedad tiene.

Ciudadanos educados son sinónimo de personas concientizadas que vamos por mal camino y que esos fenómenos naturales que con mayor frecuencia y fuerza ocurren deben ser considerados para reducirlos. Al fin y al cabo, puede que tú, quien nos honra leyendo esta nota estés cómodamente sentado en una ciudad, mientras millones de personas están perdiendo sus cosechas con las que te alimentas día a día.

Hay dos palabras importantes que no deben ser perdidas de vista, son la mitigación y la adaptación. Hay que trabajar para reducir o mitigar las causas que agreden al equilibrio natural del planeta y que en un tiempo, la convivencia entre un billones de individuos en un planeta con recursos finitos (e infinitos) sea armónica.

Querer pensar que si rompemos la utopía que indico y realmente damos un giro como humanidad habremos solucionado o borrado de un plumazo los problemas que nos aquejan sería una falacia. Los niveles de contaminación en suelos, aire, agua, y más son considerables y tomarán, vaya a saber cuántos cientos o miles de años más en desaparecer (en reducirse drásticamente). Por eso, adaptarnos a vivir con lo que causamos será vital para reducir las pérdidas humanas, económicas, etc.

Sabemos que el incremento del nivel del mar es un hecho de aquí a unos años y que por ejemplo, la mayoría de la población de Bangladesh se vería afectada mortalmente. ¿Por qué no adaptarnos ante un posible escenario como el citado urbanizando en tierras altas o modificando las viviendas? (¿utopía?).

Son sólo ejemplos, pueden estar en la senda de la factibilidad o no pero a nada…


Espero que puedas pensar al respecto y proponerte en ser parte de la solución. La unión hace la fuerza y la diferencia. No te demandará grandes sacrificios sino que pequeñas grandes modificaciones en ciertos hábitos de vida.

miércoles, 12 de febrero de 2014

El tiempo está loco, loco, loco


Los restos de un coche asoman en el fondo de un pantano en San José,...
Los restos de un coche asoman en el fondo de un pantano en San José, California. REUTERS


Atípico es el adjetivo más utilizado este invierno por los meteorólogos. Pero para quien esté siguiendo con atención los fenómenos climáticos del arranque del año en todo el mundo el epíteto que viene a la mente es loco. California vive la peor sequía en 500 años, Canadá y el oriente de EEUU han tenido un inicio de año níveo y tan frío que el mercurio ha batido récords de hace 40 años. Reino Unido lleva semanas azotado por una sucesión de ciclogénesis explosivas sin precedentes que han provocado las mayores inundaciones de la historia del Támesis y el resto de Europa respira un invierno primaveral muy rico en lluvias, pero apenas sin bajas temperaturas. Tomando prestado el título de la célebre película de Stanley Kramer, el clima está loco, loco, loco.
El efecto que ha tenido el cambio de la corriente en chorro del Pacífico sobre Norte América ha sido devastador
Y España tampoco se escapa de esta demencia de la meteorología. A las costas gallega y de la cornisa cantábrica las han vapuleado día tras día una sucesión de temporales de mar que han dejado el récord de oleaje en algunos puntos a 10 centímetros de su marca histórica (en Estaca de Bares, La Coruña, se han medido olas de 12,8 metros).
Además, la abundancia de lluvias y las bajas temperaturas están marcando un invierno «atípico», en palabras de la portavoz de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet). La Coruña está cerca de batir su récord histórico de precipitaciones en un arranque de año y aún quedan 20 días para acabar el mes. Pero, de nuevo, esto es sólo en algunos puntos de la Península. En otros, aún no saben lo que es que llueva en 2014. En Valencia, que en 1980 se recogieron 235 litros por metro cuadrado entre enero y febrero, este año han caído 6 litros.
¿Qué está pasando? ¿Es el cambio climático o de verdad el clima se ha vuelto loco? Los expertos coinciden en que no es posible aún responsabilizar al cambio climático. Pero aseguran que la causa de todo radica en el calentamiento del océano Pacífico.
El sur de Reino Unido se inunda como nunca lo ha hecho, ciudades del norte de EEUU se congelan a menos de 40ºC bajo cero, los países nórdicos aún no han visto llegar las nieves y las bajas temperaturas propias de la época y el resto de Europa despacha el invierno como una suerte de primavera temprana. Y todo es culpa de un gran cambio en el Pacífico que ha potenciado la corriente atmosférica dominate sobre este océano, a miles o decenas de miles de kilómetros de todos los lugares afectados.
Un informe, realizado por el Met Office -la agencia meteorológica- y por el Centro para la Ecología y la Hidrología de Reino Unido con gran celeridad debido la presión generada por las inundaciones, sitúa las causas iniciales de todos estos cambios en una intensificación de la corriente en chorro del Pacífico. No es sencillo alterar este enorme corredor de aire que cruza esta gran masa de agua y normalmente sólo sucede cuando ocurren fenómenos globales como La Niña, un fenómeno climático que cambia la temperatura del océano.
Pero en este caso ha sido acelerado por las lluvias persistentes y acentuadas en Indonesia junto con un aumento de la temperatura del océano Pacífico en esta región. «La anomalía cálida del Pacífico le aporta a la corriente en chorro más energía y humedad», explica Ana Casals, portavoz de la Agencia Estatal de Meteorología. En otras palabras, el aumento de la evaporación en esta lejana área del Pacífico ha sido como la gasolina que necesitaba el fuego de la enorme corriente de aire que viaja hacia Norte América. Y el efecto que ha tenido esta mayor fuerza de la corriente ha sido devastador en Canadá y el oriente de EEUU. Según los cálculos de las autoridades estadounidenses, sólo en este país ha afectado a más de 200 millones de personas y los costes pueden superar los 5.000 millones de dólares (más de 3.500 millones de euros).

El efecto sobre el océano Atlántico

No obstante, sus consecuencias no se han quedado sólo en eso. Después de atravesar Norte América, esta corriente proveniente del Pacífico ha alterado también el chorro polar del Atlántico Norte (una calle que conduce los vientos que viajan a la máxima velocidaden las capas altas de la atmósfera sobre este océano y que es aprovechada por los aviones para ahorrar combustible en sus rutas transoceánicas). Y según el informe realizado por el Met Office, ha provocado que esta corriente de aire sea este invierno un 30% más potente de lo normal. «Además de ser más fuerte, este año ha coincidido la latitud del lugar de formación de las profundas borrascas que están llegando una detrás de otra sin descanso a Reino Unido y que nos están afectando también en España», afirma Ana Casals.
Los frentes provenientes del Oeste durante todo el inicio de año son el último ingrediente que falta en el cóctel del extraño invierno que recorre Europa. «Cuando vienen del Oeste nunca son fríos», dice Casals.
Mientras Europa nada entre las aguas de un invierno con precipitaciones de récord. Otros rincones del mundo atraviesan severas sequías que amenazan con la guadaña de la escasez. California es conocido en EEUU como el Estado dorado (Golden State), pero en los últimos meses su color áureo se está tornando cada vez más marrón. Un sobrio marrón pajizo en pleno febrero.La transformación se entiende cuando se miran los datos recogidos por la Agencia Nacional para la Atmósfera y el Océano (NOAA, por sus siglas en inglés) y por el Departamento de Agricultura de EEUU: el 62% del territorio de California -el tercer estado más grande de EEUU tras Alaska y Texas y con una extensión tan grande como Suecia- se encuentra en estos momento en estado de sequía extrema.
La tierra está agrietada y el polvo se ordena en oscuras nubes que diluyen los rayos del sol y traen recuerdos de la trágica época del Dust Bowl de los años 30, cuando seis años de sequía continuada obligaron a desplazarse a más de tres millones de habitantes de las Grandes Llanuras de EEUU, arruinaron la gran mayoría de los cultivos y multiplicaron los efectos devastadores del crack del 29, inspirando el ambiente de obras maestras del cine y la literatura comoLo que el viento se llevó, dirigida por Victor Fleming basándose en la novela original de Margaret Mitchell, o Las uvas de la ira de John Steimbeck, llevada a la gran pantalla por John Ford. Como en aquellos años aciagos, este invierno los ganaderos se están viendo obligados a vender parte, sino todas, sus cabezas de ganado ante laimposibilidad de alimentarlas de forma natural debido a la falta de pastos.
California está atravesando el periodo más seco desde que se comenzaron a tomar registros en California en el año 1840. Pero algunos expertos van más allá. «Este podría ser el año hidrológico más seco desde hace 500 años», asegura Lynn Ingram, paleclimatóloga de la Universidad de California en Berkeley. De acuerdo con el análisis de los anillos de crecimiento de los árboles -gracias a los cuales se pueden diferenciar los años de carencia y los de abundancia de agua- California no había estado tan seca desde 1580. Según relata el profesor de Historia de la Universidad del Estado de California Ethan J. Kytle en The New York Times, el final de enero «ha sido este año como abril, con los árboles en plena explosión primaveral».

¿Se deberían prohibir los zoológicos en el mundo?


El caso de Arturo, el oso polar del zoológico de Mendoza, Argentina, también generó un
debate sobre la necesidad de tener estas especies en cautiverio.
El sacrificio de la jirafa Marius en el zoológico de Copenhague por razones genéticas encendió de nuevo el debate sobre la conveniencia y la utilidad de este tipo de lugares en el mundo.
En la página de BBC Mundo en Facebook varios de nuestros lectores reaccionaron, algunos con dureza, acerca de este tema.

En ese cruce de ideas, Manuel Carlos Casado Rubio se hizo la misma pregunta "¿Por qué la gente sigue visitando estas cárceles para animales llamadas zoológicos?""La polémica debería tener en cuenta al menos tres aspectos: ¿son necesarios los zoológicos en su configuración actual?, ¿si los animales se crían en cautiverio no deberían tener derecho a vivir, o tan poco valoran la vida estas personas? y ¿es la sociedad quien debería decidir sobre la vida de los animales capturados o los burócratas?", cuestionó Juan Francisco Domínguez en la red social.
A lo que John Deckard respondió: "Porque a veces los zoológicos son mejores lugares que tener a los animales expuestos ante cazadores furtivos que no miden las consecuencias de reducir drásticamente sus poblaciones. Esos animales son considerados "exóticos" y son altamente lucrativos debido a las prohibiciones".
En BBC Mundo consultamos a dos expertos en el tema para conocer los pros y los contras del principal interrogante: ¿es necesario que existan los zoológicos en la actualidad?

"Centros de conservación"

Aunque las colecciones de animales datan de milenios, cuando emperadores y reyes los tenían para su propio entretenimiento, fue en Viena, Austria, cuando se inauguró el primer zoológico en 1752. Desde entonces se ha convertido en un lugar habitual en las grandes urbes.
Zoo de Copenhague
La jirafa Marius terminó convertida en alimento para algunos animales carnívoros del zoológico.
"La razón original de los jardines zoológicos se mantiene hoy día: que las personas puedan apreciar animales que que no pueden ver todos los días", le dijo a la BBC David Williams Mitchell, vocero de la Asociación de Zoológicos y Acuarios de Europa (EAZA, por su siglas en ingles).
Sin embargo, para Williams la principal razón para la existencia de los zoológicos es que son lugares para la conservación de las especies, muchas en peligro de extinción, que necesitan de lugares estratégicos para el estudio científico o la recolección de fondos para el financiamiento de los proyectos.
"No solo es para la exhibición de animales, son centros de investigación, que a su vez, por ejemplo, prestan personal experimentado a parques de vida salvaje en el mundo para brindar su apoyo, pero que sin el soporte logístico de un zoológico sería bastante difícil", señaló.
Además aclaró que los zoológicos afiliados a EAZA, por ejemplo, deben cumplir con unos estándares muy altos de calidad en la atención de los amínales en cautiverio.
"Tienen que cumplir con muchos requerimientos en seguridad, salud, bienestar, nutrición, además que deben servir para el mejoramiento de las especies, no para que sufran cuando están en cautiverio", explicó.

No deben ser circos

"Una vez me tocó atender la muerte de un león marino que se había tragado una bolsa de papitas fritas. Es que en este tipo de lugares la exposición al ser humano es imposible de controlar y solo están allí para la diversión del hombre"
Bernardo Luque Cuello, veterinario
Pero uno de los argumentos que se imponen para que no existan más zoológicos es que los animales no se encuentran en su hábitat, lo que va en contra de su naturaleza.
"Es imposible reproducir el entorno de animales como el león, el tigre o los lobos, por hablar de los más conocidos. Ellos necesitan un territorio amplio, con ríos, con vegetación. Y eso no ocurre en ningún zoológico del mundo", le dijo a BBC Mundo el veterinario Bernardo Luque Cuello.
Luque Cuello recuerda que cuando fue veterinario en un zoológico en Girola, España, le tocó estar a cargo de 60 especies distintas de animales, en cautiverio y cada una con necesidades distintas para atender. Y todas ellas expuestas al público sin ningún fin científico.
"Una vez me tocó atender la muerte de un león marino que se había tragado una bolsa de papitas fritas. Es que en este tipo de lugares la exposición al ser humano es imposible de controlar y solo están allí para la diversión del hombre", dijo.
Pero a pesar de su oposición, Luque Cuello está de acuerdo en que los zoológicos que estudian seriamente los temas de conservación de especies en vía de extinción deberían permanecer por su importancia para el medio ambiente.
"Lo lamentable es que son pocos centros en el mundo que cumplen con esa característica, la mayoría deberían cerrarse para evitar más daño la vida de estos animales que permanecen en cautiverio", concluyó.

domingo, 9 de febrero de 2014

Con qué remplazar el azúcar en nuestras comidas y bebidas


Miel
La semana pasada BBC Mundo les presentó los cinco alimentos sanos en apariencia pero con cantidades sorprendentemente altas de azúcar y les prometimos alternativas para evitar este endulzante.
Existen varias soluciones para remplazar el azúcar en las comidas y evitar así el sobrepeso. Aquí, algunas de ellas.

Miel

La miel es un líquido dulce natural que se origina en el néctar de las flores y es recogido por las abejas.
Está compuesto de 80% de azúcares naturales, 18% de agua y 2% de minerales, vitaminas, polen y proteínas.
Fructuosa y glucosa conforman el 70% del contenido del azúcar natural de la miel y el balance entre ambas determina si la miel es oscura o clara.
La miel es un poco más alta en nutrientes que el azúcar procesada que servimos en nuestra mesa, pero aún así contiene calorías.
Mientras 100 gramos de azúcar impalpable o en polvo proveen 400 kilocalorías y 100 gramos de carbohidratos, una cantidad equivalente de miel pura provee, en promedio, 330 kilocalorías y 81 gramos de carbohidratos.
Pero a diferencia del azúcar, la miel también tiene propiedades antibacteriales y ha sido utilizada como un remedio natural por más de 5.000 años.
Cuando cocine, trate de remplazar la mitad de la cantidad de azúcar que utiliza por miel, lo que puede agregar dulzura y sabor tanto a bebidas como comidas.
La miel es ideal también para hornear tortas ya que atrae el agua y las mantiene húmedas por más tiempo.

Néctar de agave

Agave
El agave es un edulcorante que proviene de varias especies de la planta de agave en México y consiste en su mayor parte de glucosa y fructosa.
El almíbar de agave es un poco más dulce que el azúcar de mesa y tiene una consistencia similar a la miel.
Se utiliza frecuentemente como sustituto del azúcar, ya que su índice glucémico es menor que el de la sacarosa.
En el balance de fructosa y glucosa del agave, aproximadamente el 70% es fructosa y el 30% es glucosa, mientras que en la sacarosa es 50% de cada sustancia.
Pero no existe evidencia que sugiera que el almíbar refinado de agave es más saludable que el azúcar refinada, ya que el primero contiene la misma cantidad de calorías por porción que el segundo.

Xylitol

Seis tipos de azúcar

Azúcar
  • Glucosa: azúcar simple que puede encontrarse en la sangre. Una mitad de la sacarosa o azúcar de mesa.
  • Fructosa: azúcar simple que proviene de las frutas. La otra mitad de la sacarosa.
  • Sacarosa: conocida comúnmente como azúcar de mesa, es refinada y se extrae de la caña de azúcar o la remolacha.
  • Lactosa: azúcar en la leche, que se encuentra en una proporción menor al 5% en la leche de vaca.
  • Maltosa: dos moléculas de glucosa unidas.
  • Almíbar de maíz alto en fructosa: cuando la mitad de la glucosa del almíbar ha sido convertida en fructosa. Químicamente similar a la sacarosa.
"Xyl" es la palabra griega para madera y el xylitol fue hecho por primera vez de abedules finlandeses a comienzos del siglo XX.
Esta sustancia es producida naturalmente por casi todas las criaturas vivientes, incluyendo árboles, frutas, plantas, animales e incluso gente (xylitol es la forma alcohólica de la xylose).
Pero últimamente se ha consolidado como edulcorante ya que tiene 40% menos de calorías que el azúcar, menor índice glucémico y se cree que incluso inhibe la bacteria en la boca que causa que se piquen los dientes.
Dan Shrimpton, de la productora de dulces y chicles Peppersmith, dice que en Escandinavia "todos saben lo que es y cualquiera puede decirte lo bueno que es".
Shrimpton indica que en algunas partes del mundo se extrae de la mazorca de maíz, pero que su empresa prefiere obtenerlo de los árboles para que el proceso sea más natural.
"Tiene un perfil de sabor muy similar al azúcar, a diferencia de algunas alternativas al azúcar que son muy díficiles de procesar y su perfil de sabor puede ser decepcionante".

Frutas

Frutas
Las frutas contienen un tipo de azúcar llamado fructosa así como fibras, vitaminas y minerales.
Para aumentar su consumo de fibras, se puede remplazar el azúcar de mesa por frutas, para endulzar el yogur o las tortas como el pastel de banano.
La cáscara de las frutas también contiene antioxidantes y puede ser rallada para agregar en los jugos o macerar carnes.
David Gillespie, autor del libro "Dulce veneno", explica que nuestros cuerpos no están adaptados para procesar la mitad de fructosa que hay en el azúcar.
"Cuando uno se come una manzana, está ingiriendo además una gran cantidad de fibra y agua. Por eso si uno toma un vaso pequeño, digamos 200 mililitros de jugo de manzana, está tomando el jugo de cinco manzanas grandes".
"Ahora, la mayoría de las personas puede tomar un vaso de jugo y luego comer, pero la mayoría no puede comer cinco manzanas grandes y luego almorzar o cenar".

Dextrosa

Pan
Extraída del maíz, la dextrosa es una forma de glucosa, un monosacárido o azúcar "simple".
Se puede comprar en líquido o en polvo y está ganando popularidad como sustituto del azúcar porque es considerada por algunos como la parte "buena" del azúcar, la glucosa.
Algunos atletas usan dextrosa en polvo luego del ejercicio para elevar los niveles de energía en los músculos, ya que sube rápidamente los niveles de glucosa en sangre.
Otras comidas dulces también pueden elevar rápidamente estos niveles, pero pueden contener sucrosa, una combinación de glucosa y fructosa.
La fructosa no se convierte en glucógeno en los músculos, por eso los deportistas prefieren sólo la dextrosa.
David Gillespie indica que "existen algunas calorías para las que estamos muy bien adaptados, pero para otras no, como la fructosa en el azúcar".
Por eso él recomienda evitar la fructosa.
Las frutas son una fuente insignificante de fructosa, pero esta sustancia está presente en altos niveles en el azúcar procesada, que es mitad glucosa y mitad fructosa.

Stevia

Hojas de Stevia
Stevia es un edulcorante natural que se extrae de las hojas de la planta stevia que es nativa de Paraguay, y crece allí y en Brasil.
Los glucósidos de este edulcorante son entre 250 y 300 veces más dulces que la sacarosa, y vienen en forma líquida y en polvo.
No tiene calorías ni contiene azúcar o carbohidratos, lo que la hace atractiva para los que están en dieta.
Hasta hace algunos años, stevia era conocida principalmente en el interior de la industria, pero su popularidad ha crecido.
La Unión Europea aprobó una ley en 2011 permitiendo el uso de stevia en comidas y bebidas, y entre 2008 y 2012 se produjo un aumento del 400% en productos con stevia a nivel global, según la consultora Mintel.
Coca Cola ha sido la última en incorporar extracto de stevia a su bebida sprite de lima y limón, cortando así un 30% de calorías.
"El número de nuevos productos que se incorporan al mercado europeo crece, así como el interés en ellos, pero en alguna categorías las compañías han tenido problemas para convertir ese interés en un éxito comercial. Eso podría estar cambiando. En Inglaterra, por ejemplo, vemos grandes ventas de productos que usan stevia en combinación con azúcar para ofrecer un gran sabor y pocas calorías", dice el analista de Mintel David Turner.

Azúcar de la palma de coco

Producida de la savia de los capullos de flor de la palma de coco, esta azúcar tiene un índice glucémico mucho menor al de la azúcar refinada.
También se descubrió que contiene aminoácidos, potasio, magnesio, zinc, hierro y vitamina B.
El cocinero británico Jordan Bourke prefiere utilizar este edulcorante en lugar de azúcar refinada.
"Todo lo que provenga de la naturaleza no afecta tus niveles de azúcar en sangre en la misma forma".
"El azúcar de la palma de coco contiene altos niveles de minerales clase B y es genial para endulzar cualquier cosa que se pone a hornear", concluye Bourke.
Puede ser utilizada en la misma ración que azúcar refinada de mesa en las recetas.
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