jueves, 26 de mayo de 2016

El fenómeno “El Niño” y pronósticos de lluvias en Venezuela

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El desarrollo de la agricultura en el mundo de hoy se enfrenta a grandes retos que la obligan a revisar las estrategias tecnológicas tradicionales con las cuales se ha venido soportando la producción de alimentos. Entre estos retos destacan la crisis energética, la emergencia de nuevos mercados y nuevos patrones de consumo, la crisis del agua y el cambio climático. Sobre este último tema conversamos con el doctor Rafael Rodríguez, experto en climatología y profesor del Decanato de Agronomía de la UCLA, quien nos habló sobre el fenómeno del Niño, su incidencia en el régimen de lluvias y recomendaciones generales para los agricultores y la sociedad en su conjunto.

A continuación se presenta la entrevista realizada:

Explique de forma sencilla qué es el fenómeno del niño
El fenómeno “El Niño” suele asociarse a irregulares calentamientos del agua en las costas del Ecuador y Perú. Consiste en una interacción oceánica-atmosférica presente a lo largo del Pacifico Tropical, que marca patrones extremos de sequías y precipitaciones, que afectan a gran parte del planeta. Este fenómeno ha sido reconocido ampliamente por la Organización Mundial de Meteorología, la cual afirmó en el año 2015:
“La labor de investigación realizada en los últimos decenios ha puesto de relieve la importante influencia que ejercen las interacciones entre la atmósfera y el océano en el cinturón tropical del océano Pacífico sobre las características del tiempo y del clima a escala mundial”
La comunidad científica emplea este término para referirse a acontecimientos  de mayor escala, tales como las variaciones climáticas observadas a escala global, analizadas dentro del contexto de la Oscilación de Sur (Variaciones importantes de presión atmosférica); que representa una de las causas mas importantes de variabilidad climática de baja frecuencia que domina el Trópico. Conociéndose una fase fría del fenómeno, como evento Niña y una fase cálida; como evento Niño y en el ámbito académico: El Niño-Oscilación del Sur (ENOS).

¿Por qué ocurre este tipo de fenómenos?
El Niño ocurre cuando se presenta un debilitamiento en la circulación de Walker (circulación atmosférica de gran magnitud que se presenta entre zonas del Océano Pacifico y el Océano Indico); con la consecuente disminución de los vientos alisios del noreste, el afloramiento ecuatorial y la alteración de las corrientes tropicales sur y norte. Finalmente se calienta el Océano Pacifico Oriental, arrastrando una gran masa de agua cálida hasta las costas de Suramérica, con la consecuente alteración de los patrones de lluvias en  las diferentes regiones.

 ¿Qué consecuencias trae la llegada de este fenómeno?
Durante los episodios de El Niño, la temperatura de la superficie del mar en las partes central y oriental del Pacífico tropical suele ser muy superior a la normal, mientras que, en esas mismas regiones, durante los episodios de La Niña, la temperatura es inferior a la normal. Esas variaciones de temperatura pueden provocar fluctuaciones importantes del clima en el mundo entero y una vez comenzadas, esas anomalías pueden durar un año, o incluso más. Así, por ejemplo, el intenso episodio de El Niño de 1997/1998 fue seguido por un largo episodio de La Niña, que empezó hacia mediados de 1998 y terminó a principios de 2001. Aunque los episodios de El Niño o La Niña alteran la probabilidad de que se den determinadas características climáticas en el mundo entero, sus consecuencias nunca son exactamente idénticas. Además, aunque suele existir una relación entre la intensidad de un episodio de El Niño o La Niña y sus efectos a escala mundial, cualquier episodio puede tener repercusiones graves en determinadas regiones, independientemente de su intensidad.

 ¿Se pueden realizar acciones para evitar que ocurra el fenómeno o para disminuir el impacto negativo que este puede generar?
Debido a que la presencia del fenómeno obedece a fluctuaciones propias de la variabilidad del clima, hasta la actualidad no se conoce la manera de evitar que ocurra el fenómeno. Sin embargo para disminuir el impacto, se han establecido Programas de Predicción y monitoreo, con la intención de tomar medidas preventivas y ajustes ante las consecuencias de la alteración climática. Al respecto Instituciones científicas analizan la situación gracias a la predicción de la evolución de las condiciones que prevalecen en el océano, que se realiza de distintas maneras. Por ejemplo empleando modelos dinámicos complejos para hacer proyecciones de la evolución de la temperatura y otros parámetros del océano Pacífico tropical a partir de su estado actual. Además, usando modelos estadísticos de predicción también se pueden identificar algunos de los precursores de esa evolución. Todos los métodos de predicción tratan de tener en cuenta los efectos de las interacciones del océano y de la atmósfera en el sistema climático.
Los datos meteorológicos y oceanográficos recopilados por los sistemas de observación nacional e internacional permiten vigilar y predecir los episodios de El Niño y La Niña. El intercambio y el proceso de esos datos se realizan en el marco de programas coordinados por la Organización Meteorológica Mundial.

 ¿Es cierto que para este año está confirmada la llegada del fenómeno del niño a Venezuela?
Según el Instituto Nacional de Meteorología e Hidrología de Venezuela (INAMEH), en su pronostico estacional: Febrero–Julio de 2015 y según re-análisis realizados por mi persona, a partir de información proveniente de otros servicios de meteorología de Suramérica, es posible afirmar que el primer trimestre del presente año, desde el punto de vista océano-atmosférico, puede ser  calificado como un  evento ENOS (El Niño - Oscilación del Sur) en su fase NEUTRAL (lo que para Venezuela, implica un período de lluvias normales); Sin embargo, se destaca que se observan desde octubre de 2014, hasta inicios de marzo (2015), anomalías positivas de temperatura de la superficie del mar, con una tendencia “por encima” del limite de condiciones neutrales (0,5 ° C < SST – Niño Región 3.4 < + 0,5); incluso registrándose valores cercanos a + 1,0 ° C, hacia finales de 2014. Lo que pudiese significar la presencia de un episodio de intensidad moderada.

 ¿Cómo afectará este fenómeno al régimen de lluvias en Venezuela y por cuánto tiempo?
El INAMEH (Venezuela), concluye: “En el periodo febrero-julio, 2015; es mas probable que en nuestro país se observe precipitación por debajo del promedio en la mayor parte de país. Esperándose que el déficit de lluvias sea pronunciado en algunos estados del norte y oriente, mientras que en los llanos occidentales, se espera que la lluvia tenga un comportamiento de normal a ligeramente con exceso, persistiendo para el sur del país, condiciones deficitarias de lluvia”. Igualmente se señala que los modelos corridos, indican que es mas probable que ocurra déficit de precipitación en la mayor parte del país, señalando que en 16 de 23 estados, estarían por debajo del promedio, entre estas dependencias se incluye al estado Lara. Con respecto al tiempo en que se podría ver afectado nuestro país no es sencillo definirlo, ya que es sólo a través del un seguimiento constante que podría definirse tal variable.

 ¿Qué recomendaciones le da usted a los agricultores venezolanos este año?
Con la principal intención de tomar precauciones que giren hacia la “Adopción de medidas de Adaptación”, es necesario recalcar a los agricultores venezolanos que; los modelos internacionales de predicción del clima y los análisis realizados por diferentes instituciones nacionales e internacionales de investigación, continúan señalando que según las condiciones actuales y el Índice de Ocurrencia de Eventos ENOS en la región 3.4 (Región con influencia para Venezuela), se espera el desarrollo de un evento ENOS en su fase cálida, con una débil intensidad, que podría alcanzar su madurez hacia finales de abril de 2015, extendiéndose hasta Mayo de este mismo año. Por lo que la principal recomendación técnica gira en torno a implementar un seguimiento semanal a las condiciones atmosféricas, mediante el uso correcto y bien interpretado de los pronósticos estacionales y otros productos relacionados con el comportamiento de variables macroclimáticas que tienen influencia sobre el régimen de precipitación en el Norte de Suramérica, con énfasis en Venezuela. Destacando que: Las proyecciones climáticas estacionales regionales o nacionales, como las elaboradas por los Centros Regionales sobre el Clima de la Organización Meteorológica Mundial, los Foros regionales sobre la evolución probable del clima, los Servicios Meteorológicos e Hidrológicos Nacionales  y las Universidades, suministran y analizan información aplicable y relevante a nivel local. En nuestro Decanato de Agronomía de la UCLA, existe personal calificado para apoyar estas iniciativas, con la intención de minimizar el impacto de alteraciones climáticas en la producción agrícola.

¿Cómo pueden intervenir distintos actores, como por ejemplo, asociaciones de productores, gobierno, sociedad, industria, entre otros, para ayudar a que los efectos de este fenómeno sean más leves o menos dañinos para el sector agrícola?
Los actores  involucrados en la producción agrícola deben tomar un rol mas activo al analizar la relación entre la producción y el clima.
Entre algunas accionas se destacan: Apoyar iniciativas conducentes a fortalecer las redes de registro y medición de parámetros climáticos “in situ”, y recabar toda la información climatológica (data histórica) disponible con la finalidad de someter la misma a un proceso de depuración y homogeneización estadística de datos. Así como; Plantear una correcta gestión de riesgos agrícolas, con la intención de conocer y superar la vulnerabilidad existente en cada especio geográfico venezolano (con énfasis en la agricultura, en sus sectores vegetal y animal), y quizá la mas importante; El establecimiento de planes de adaptación locales y por rubros agrícolas, entendiendo que; estas acciones de adaptación no deben ser de carácter transitorio, ni inmediatistas, por el contrario deberán formar parte de una gestión prospectiva de riesgos, realmente responsable que ameritan su incorporación en la planificación del desarrollo.

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