Los desagradables chillidos de los murciélagos y el penetrante olor de los excrementos de estos animales están atormentando a los habitantes de un pueblo australiano.
Como si de una broma del destino se tratara, la localidad se llama Batemans Bay ('bat' es murciélago en inglés).
Los residentes de este pequeño pueblo costero llevan días siendo acosados por decenas de miles de murciélagos.
Al parecer, lo que atrajo a los animales a esta zona fue el florecimiento de algunos de sus árboles.
Las autoridades de Nueva Gales del Sur dijeron que estaban en "estado de emergencia" y el primer ministro de este estado, Mike Baird, informó que se invertirán cerca de US$2 millones para resolver la crisis.
Necesitamos tomar medidas radicales. Es como una película de terror.
El gobierno local ya ha gastado cerca de US$1 millón en reubicar murciélagos en otras partes del territorio.
Pero estos visitantes indeseados no parecen tener mucho interés en abandonar su nuevo hogar.
"Una película de terror"
Tienen un tamaño mayor que otros murciélagos y pueden llegar a pesar hasta 750 gramos.
Más conocidos como zorros voladores, estos animales se caracterizan por sus gritos y por el particular olor de sus defecaciones.
Es habitual verlos reunidos en grandes colonias sobre los árboles y se han llegado a observar más de 100.000 de ellos sobrevolando Batemans Bay.
"Creemos que esta cantidad representa de un cuarto a un quinto de su población total en el país, así que se trata de una circunstancia bastante extraordinaria", dijo el ministro de Medio Ambiente de NSW, Mark Speakman.
Y, aunque la situación actual es especialmente grave, los habitantes de Batemans Bay llevan años conviviendo con los murciélagos, cuya presencia se hizo especialmente evidente desde 2012, según explica la prensa local.
La localidad vecina de Singleto, también asediada por los murciélagos, lleva más de una década luchando contra este problema, y el gobierno local se plantea la destrucción de 40 árboles de uno de sus parques, en donde se contaron más de 20.000 de estos animales por día.
"Necesitamos tomar medidas radicales. (Esta situación) es como una película de terror", dijeron las autoridades.
En busca de soluciones
Mark Speakman dijo que recibió "quejas de muchos residentes, que se sienten prisioneros en sus propias casas, sin poder salir, con el aire condicionado activado todo el tiempo y las ventanas cerradas".
"Es prácticamente un estado de emergencia", señaló.
El plan ideado por el gobierno local del Condado de Eurobodalla propone rociar los árboles con sustancias disuasivas y utilizar figuras inflables gigantes con formas humanas, similares a las que se utilizan en la industria publicitaria, para asustar a los animales.
"El método que parece estar funcionando mejor es el ruido industrial elevado, combinado con humo y luces brillantes, que hagan sentirse a los zorros voladores lo más incómodos posible", dijo la alcaldesa del Condado de Eurobodall, Lindsay Brown.
Pero el ministro de Transporte e Infraestructura, Andrew Constance, señaló que todavía no tomaron una decisión definitiva respecto a las técnicas que van a utilizar para espantar a estos mamíferos.
"Tenemos que esperar y ver qué aconsejan los expertos. La comunidad está desesperada por probar cualquier solución", agregó.
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