Hay muchos lugares que podrían reclamar el título del punto más ventoso de la Tierra. Su elección depende de la medida y escala de ventosidad con la que se evalúen.
Estos son los contendores al título.
Isla Barrow
Situada en la costa noroeste de Australia, esta pequeña isla ha recibido unas cuantas brisas fuertes.
El 10 de abril de 1996, una estación climática sin trabajadores registró una ráfaga de viento que alcanzó los 408 kph. Según la Organización Mundial Meteorológica (WMO, por su nombre en inglés), fue la ráfaga de viento más fuerte que se haya registrado alguna vez.
La fuerza desencadenante de este evento extremo fue un ciclón tropical llamado Olivia.
Los ciclones tropicales son tormentas circulares que se forman cuando el aire húmedo, caliente, de la superficie del mar se eleva y crea una zona de baja presión.
Esta depresión impulsa a los vientos alisios que soplan hacia el Ecuador. La columna de aire que se eleva gira debido al efecto Coriolis, por el que la rotación de la Tierra desvía a los vientos lejos del Ecuador.
Estos sistemas pueden producir vientos huracanados. Los que son particularmente intensos son llamados "ciclones", si se forman en el océano Pacífico sur; "tifones" si se forman en el norte, o "huracanes" si se forman en el Atlántico.
El ciclón Olivia puede haber creado la ráfaga de viento más fuerte, pero esto no lo hace el ciclón más fuerte que se haya conocido. Una mejor medida es la velocidad sostenida del viento.
Según la WMO, el campeón de esta liga puede ser el tifón Nancy, de 1961, que se formó en el océano Pacífico y fue responsable de más de 170 muertes cuando llegó a Japón.
Se informó que Nancy produjo vientos de una velocidad sostenida de 346 kph, aunque ahora los meteorólogos sospechan que esta medida fue sobrestimada.
Ráfagas de viento aún más fuertes pueden producirse durante un tornado. Esto significa que uno de los lugares más ventosos de la Tierra queda justo en el centro de Estados Unidos.
Oklahoma
Un tornado es una columna rotativa de aire que se extiende desde la base de una tormenta hasta el suelo. Cuando esta columna entra en contacto con el agua, se le conoce como tromba marina.
Los tornados son "las tormentas atmosféricas más violentas", según el Laboratorio Nacional de Tormentas Severas en Norman, Oklahoma, Estados Unidos.
Los tornados pueden ocurrir en cualquier parte del mundo, pero en Estados Unidos ocurren mucho más que en cualquier otro sitio, particularmente en los estados del suroeste, conocidos como "Corredor de Tornados" (Tornado Alley). El 27 de abril del 2011, se formaron en esta zona 207 tornados en 24 horas.
Oklahoma es el lugar en el que la WMO registró la mayor velocidad de un tornado: 486 kph, cerca de Bridge Creek, el 3 de mayo de 1999.
Estas tormentas pueden crear vientos realmente fuertes, pero no duran mucho. En cambio, hay un lugar que sí es extremadamente ventoso todo el año.
Océano Antártico
En el mundo hay grandes cinturones de viento causados por la forma desigual en la que el Sol calienta la superficie terrestre.
A los 30º de latitud norte y sur del Ecuador, los vientos alisios soplan a un ritmo constante. A los 40º, predominan los vientos del oeste, y los vientos polares del este comienzan alrededor de los 60º.
Si se le pregunta a cualquier marino del mundo, dirá rápidamente que los mares más tormentosos, agitados por los vientos más fuertes, se encuentran en el Océano Antártico.
Estas latitudes, tristemente célebres por ser tempestuosas, son conocidas como las "rugientes 40", "furiosas 50" y "estridentes 60". A diferencia del hemisferio norte, los vientos del oeste en el Océano Sur Antártico no son interrumpidos por los continentes. Esto significa que pueden correr a más de 160 kph.
Esa velocidad es bastante ventosa. Pero más al sur existe un continente que una vez, hace 100 años, fue reconocido como el lugar con vientos más fuertes en la Tierra.
La Antártida
La Antártida es hogar de unos vientos inusuales: los vientos catabáticos, que soplan cuesta abajo y que se crean por una combinación del clima frío y la forma del continente.
"El enfriamiento persistente de la superficie –particularmente durante el invierno Antártico, cuando el sol está siempre debajo o solo por encima del horizonte–, lleva a la formación de una capa superficial de aire frío y denso sobre la superficie", dice John King, del Departamento Británico de Investigación de la Antártida, en Cambridge, Reino Unido.
"Como la Antártida tiene básicamente forma de cúpula, el viento tiende a fluir desde el interior, que es alto, hacia la costa", dice King. "La rotación de la Tierra impide que fluya directamente cuesta abajo y más bien es desviado hacia la izquierda a medida que fluye".
Desde febrero de 1912 hasta diciembre de 1913, los científicos midieron la velocidad del viento en Cabo Denison, un lugar rocoso en la bahía de Commonwealth, en el este de la Antártida. Hasta hoy se le reconoce como la estación a nivel del mar más ventosa de la Tierra.
La hora más ventosa fue registrada el 6 de julio de 1913, con vientos de 153 kph. En la ampliamente usada escala Beaufort, el promedio anual de la velocidad del viento en Cabo Denison es huracanada.
De acuerdo a Sir Douglas Mawson, quien dirigió la expedición a Cabo Denison, "se demostró que se trataba de algo más que una ventisca continua todo el año; era un huracán de viento rugiente que duraba semanas, que paraba para tomar aliento solo por horas aisladas".
La combinación de vientos ultrafuertes y temperaturas bajo cero implica que es difícil medir la fuerza de los vientos catabáticos.
Primero, porque cuando los vientos son realmente fuertes, pueden destruir los instrumentos de medida y los mástiles a los que están unidos. Pero incluso cuando las ráfagas son más suaves, las hélices –o los anemómetros con copas- pueden congelarse en el frío.
"Es posible usar anemómetros ultrasónicos, que no tienen ninguna parte movible y pueden ser calentados para evitar problemas de congelamiento", dice King. "Pero estos anemómetros no trabajan bien en velocidades de viento altas, cuando hay bastante nieve soplando en el aire".
"En resumidas cuentas, la Antártida es un desafío para medir el viento".
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