Es difícil resistir la tentación de una fresa madura pero, ¿cuán buenas son para la salud? En el tercer episodio de nuestra serie sobre los beneficios de ingredientes populares de BBC GoodFood, la nutricionista Jo Lewin habla de esa fruta del bosque.
La fragaria, conocida comúnmente como fresa o frutilla, es una de las bayas más populares del mundo.
Existen más de 10 especies de fragaria con diferentes sabores, tamaños y texturas, pero la gran mayoría tienen las mismas características:
- carne roja
- forma de corazón
- piel brillante con semillas
- y una pequeña y elegante corona de hojas verdes y un tallo que las adorna
¿Sabías que...
...en términos botánicos, lo que nos comemos no es realmente una baya ni la fruta de la planta, sino mucho más?
La fresa es el extremo del tallo o tálamo engrosado en el que están incrustados muchos frutos diminutos, o aquenios, a los que popularmente llamamos semillas.
Las fresas tienen una larga historia y han deleitado a la humanidad desde la época de los romanos.
La fragaria es nativa de muchas partes del mundo, y existen cientos de variedades debido a las técnicas de cruce.
En 1714, un ingeniero francés que trabajaba en Chile y Perú observó que la fresa endémica de esa región era más grande que la que se encontraba en Europa.
El ingeniero decidió llevarse una muestra para cultivarla en Francia.
El resultado fue un híbrido grande, jugoso y dulce (la fresa de jardín moderna), que se volvió extremadamente popular en Europa.
Dignas de un rey
Como muchas otras frutas, las fresas hicieron historia pues eran un lujo que sólo podía disfrutar la realeza.
Se dice que los recién casados comían fresas con crema agria al desayuno pues se creía que eran afrodisiacas.
Lo que dice la ciencia
Las fresas son una fuente excelente de vitaminas C y K.
Además proveen una buena dosis de fibra, ácido fólico, manganeso y potasio.
Contienen cantidades significativas de fitoquímicos, nutrientes que no son esenciales para la vida pero tienen efectos positivos para la salud.
A lo largo de la historia, han sido usadas en el contexto medicinal para aliviar problemas digestivos, irritaciones de la piel y para blanquear los dientes.
Su contenido de fibra y fructosa podría ayudar a regular los niveles de azúcar en la sangre, al hacer que la digestión sea más lenta.
A la fibra se le atribuye proporcionar la sensación de saciedad.
Las hojas se pueden comer crudas, cocinadas o se pueden usar para hacer té.
El vibrante color rojo de las fresas se debe a grandes cantidades de antocianina, lo que significa que contiene poderosos antioxidantes y se piensa que protegen contra la inflamación, el cáncer y enfermedades cardíacas.
A la hora de comprar y guardar...
Escoge las fresas que estén firmes, carnosas, sin marcas ni moho.
Busca las que tengan un color rojo profundo y brillante con sus coronas de hojas bien verdes.
Una vez cosechadas, las fresas no siguen madurando así que evita las que están opacas o tienen partes verdes o amarillas.
Lávalas y trátalas con cuidado.
Sírvelas a temperatura ambiente.
Trata de escoger las fresas cultivadas localmente durante la época de cosecha pues serán las más sabrosas.
El aroma puede ser un indicador de calidad.
Son altamente perecederas así que es mejor comérselas en un par de días.
Riesgos
Puede causar sorpresa pero las fresas son un alérgeno común.
Es probable que quienes sufren de alergia al polen de abedul desarrollen una alergia secundaria a las fresas.
Los síntomas más comunes se sienten en la boca y la garganta: hormigueo, piquiña, ojos llorosos y moqueo.
Aunque se sabe que la variedad de fresa blanca contiene menos alérgeno, es mejor evitarla.
Si estás preocupado por alergias a comidas o anafilaxia, consulta con el doctor.
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