¿Sufres de resfríos y gripes con más frecuencia de la que te gustaría? Quieres evitarlos, pero sin recurrir a químicos o a vitaminas adicionales.
Si es el caso, existen varios alimentos que refuerzan las defensas del organismo para combatir enfermedades y ganarle la batalla a bacterias y virus.
"Una dieta balanceada que incluya vegetales, frutas y otros productos naturales es la mejor manera de proveer al sistema inmunitario con las vitaminas y minerales que lo fortalecen", lo dice Emma Williams, de la Fundación Británica de Nutrición.
A continuación, te presentamos una lista de cinco alimentos que ayudan al cuerpo a defenderse de invasores.
Moluscos
Estos animales marinos, que pueden estar desnudos o cubiertos por una concha, contienen zinc, un elemento esencial para las células del sistema inmunitario.
Según un artículo de la Escuela de Medicina de la Universidad de Harvard, en Estados Unidos, cuando en el cuerpo humano existe una deficiencia de este químico, las células T (o linfocitos), que coordinan la respuesta inmune celular, dejan de funcionar como es debido.
Sin embargo, es importante tener que en cuenta que el exceso de esta sustancia puede inhibir el mecanismo que defiende al organismo de las enfermedades.
Según el Servicio de Salud Nacional de Reino Unido (NHS, por sus siglas en inglés), la cantidad de zinc recomendada diariamente para las mujeres se encuentra entre 4 y 7 miligramos y para los hombres entre 5 y 9 miligramos.
Yogur
Al igual que otros productos lácteos fermentados, este alimento tiene probióticos, también conocidos como "bacterias buenas".
Se definen como microorganismos vivos que, cuando se administran en la cantidad adecuada, son capaces de regular la respuesta inmune, según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés).
Los probióticos tienen varios beneficios para los seres humanos, entre ellos la prevención de resfriados y gripes, o la disminución de la severidad de los síntomas si la enfermedad no se puede evitar, de acuerdo a un artículo de la Clínica Mayo, en Estados Unidos.
Según el mismo documento, las "bacterias buenas" también ayudan a prevenir infecciones vaginales, del tracto urinario y aceleran la recuperación de ciertas infecciones intestinales, como el síndrome del intestino irritable.
Ajo
En pruebas realizadas en laboratorios, investigadores han comprobado que el ajo tiene propiedades que permiten combatir las infecciones, las bacterias, los virus y los hongos.
Aunque se necesitan más estudios para determinar los beneficios específicos de esta planta en los seres humanos, una investigación realizada en países del sur de Europa encontró un vínculo entre la frecuencia en el consumo de ajo y cebolla y un riesgo menor en el desarrollo de ciertos tipos de cáncer.
Según WebMD, un sitio web estadounidense con información acerca de aspectos relacionados con la salud, el ajo tiene una variedad de antioxidantes que ataca a los "invasores" del sistema inmunitario.
"Uno de sus blancos es el Helicobacter Pylori, una bacteria asociada con algunas úlceras y con el cáncer de estómago".
Cereales
Varios estudios científicos sugieren que la deficiencia de vitamina B6, que se encuentra en la avena, el germen de trigo y el arroz, disminuye la respuesta del sistema inmunitario.
Un ejemplo de esta situación, según un artículo de la Escuela de Medicina de la Universidad de Harvard, en EE.UU., es la capacidad que tienen los linfocitos de madurar y transformarse en varios tipos de células T y B.
El suplemento moderado de cantidades que permitan nivelar la deficiencia de vitamina B6, restaura el funcionamiento del sistema inmune.
"Los cereales (la carne, el pescado, las castañas, el queso y el huevo) también tienen selenio, que además de beneficiar al sistema inmunitario, disminuye enfermedades infecciosas en ancianos y ayuda a la recuperación de los niños con infecciones en el tracto respiratorio", explica Williams.
Frutas cítricas
Según un artículo de la Biblioteca Nacional de Medicina de EE.UU., los refriados de la gente que consume vitamina C regularmente pueden durar menos tiempo y, además, sus síntomas suelen ser menos severos.
"En los adultos, la duración se reduce en 8% y en los niños en 13,6%. Diferentes estudios han demostrado que si en los meses de invierno se van a realizar actividades físicas exigentes o se va a estar expuesto a frío intenso, el consumo de vitamina C disminuye a la mitad la posibilidad de contraer un resfrío", complementa Williams.
Se debe considerar, sin embargo, que una vez que se tiene la enfermedad, no tiene efectos terapéuticos.
Adicionalmente, la vitamina C es importante para la formación de proteínas que se usan en la piel, los tendones, los ligamentos y los vasos sanguíneos.
También ayuda a la cicatrización de heridas y a la reparación de cartílagos, huesos y dientes.
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