Aún así, científicos de la Universidad de Washington señalan que al menos la mitad del derretimiento sigue siendo atribuible al calentamiento global
Científicos atmosféricos de la Universidad de Washington (UW), en Estados Unidos, han estimado que hasta la mitad del reciente calentamiento en Groenlandia y en las áreas circundantes puede deberse a las variaciones climáticas que se originan en el Pacífico tropical y no están relacionadas únicamente con el calentamiento global del planeta. Aún así, al menos la mitad del calentamiento sigue siendo atribuible al calentamiento global causado por el incremento de las emisiones de dióxido de carbono, según su investigación, que se publica este jueves en Nature.
Groenlandia y partes de la vecina Canadá han experimentado parte del calentamiento más extremo desde 1979, a un ritmo de alrededor de 1 grado Celsius por década o el doble de la media mundial. «Necesitamos entender por qué en los últimos 30 años el calentamiento global no es uniforme», señala el primer autor del estudio, Qinghua Ding, experto en Ciencias de la Atmósfera de la UW.
Cambios sobre el Atlántico Norte
El estudio utiliza observaciones y modelos informáticos avanzados para demostrar que un Océano Pacífico tropical occidental más cálido ha causado cambios atmosféricos sobre el Atlántico Norte que han calentado la superficie en alrededor de medio grado por década desde 1979.
«El patrón de los cambios en el Pacífico tropical que son responsables de notables cambios en la circulación atmosférica y el calentamiento en Groenlandia y el Ártico canadiense son consistentes con lo que llamaríamos la variabilidad natural» , señala el coautor David Battisti, profesor de Ciencias Atmosféricas de la UW.
Sin sorpresas
Los investigadores dicen que no es sorprendente encontrar la huella de la variabilidad natural en una zona famosa por su fusión del hielo. En muchas de las áreas de más rápido calentamiento de la Tierra, el calentamiento global y las variaciones naturales contribuyen a crear una «tormenta perfecta» para el calentamiento, describe el coautor John «Mike» Wallace, también profesor de Ciencias Atmosféricas de la Universidad de Washington.
Las variaciones naturales en el nuevo estudio están relacionadas con un inusualmente cálido Pacífico tropical occidental, cerca de Papua Nueva Guinea. Desde mediados de la década de 1990, la superficie del agua se ha calentado alrededor de 0,3 grados más de lo normal, algo que, según muestran los modelos de ordenador, afecta a la presión de aire en la región, lo que desencadena una ola estacionaria en la atmósfera que forma un gran círculo en el Pacífico tropical hacia Groenlandia antes de volver sobre el Atlántico.
Groenlanda, punto caliente
«A lo largo de este tren de ondas hay puntos calientes donde el aire se ha ido hacia abajo y zonas frías donde el aire sube -apunta Wallace-.Y Groenlandia se encuentra en uno de los puntos calientes». En estudios anteriores, Wallace y Battisti han documentado la existencia durante largas décadas de variaciones climáticas en el Océano Pacífico que se asemejan a las variaciones de menor alcance conocidas de El Niño.
Este lugar en particular en el Pacífico tropical puede ser un punto para generar ondas atmosféricas globales. Una serie de estudios dirigidos por el coautor Eric Steig, profesor de Ciencias de la Tierra y el Espacio de UW, en colaboración con Ding y Battisti, demostró que las ondas que comienzan en el mismo lugar pero que irradian hacia el sur están calentando la Antártida Occidental y derritiendo el glaciar Pine Island.
«Parte impredecible»
Los investigadores no pueden decir durante cuánto tiempo se mantendrá en este estado el Pacífico tropical. «Nuestro trabajo muestra que aproximadamente la mitad de la señal de calentamiento en Groenlandia procede de la parte predecible, la alteración climática por los gases de efecto invernadero antropogénicos, pero cerca de la otra mitad proviene de la parte impredecible», dice Steig.
Esto hace difíciles las previsiones a corto plazo difícil, pero ayuda a los científicos a diseñar proyecciones más precisas de largo alcance. «Nada de lo que hemos encontrado cambia la idea de que los glaciares están retrocediendo globalmente. Nos fijamos en este lugar debido a que el calentamiento no es realmente notable. Nuestros hallazgos nos ayudan a entender en una escala regional cuánto de lo que se ve es inducido por el hombre por la acumulación de CO2 y qué parte es por la variabilidad natural», resalta Battisti.
«El hielo parece ser muy sensible a la acumulación de gases de efecto invernadero, más de lo que jamás hubiéramos pensado. Las variaciones naturales podrían acelerar o desacelerar la tasa de fusión de los glaciares de Groenlandia en las próximas décadas pero en el largo plazo, el componente inducido por el hombre es probable que prevalezca», concluye Wallace.
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