sábado, 18 de enero de 2014

Investigador colombiano revela los horrores del cambio climático



Así serán los horrores del cambio climático
Camilo Mora es investigador. Estableció el número de especies de animales que hay en la Tierra.

Camilo Mora dice que los efectos de un nuevo clima serán más dramáticos en trópicos que en polos.

Camilo Mora, un biólogo colombiano graduado en la Universidad del Valle, fue reconocido en el mundo porque en 2011 resolvió un enigma histórico. Le dio respuesta a una de esas tantas preguntas que la humanidad se hacía con insistencia: ¿cuántas especies de animales y plantas hay sobre la Tierra? Desde Carlos Linneo, en el siglo XVIII –quien inventó la forma moderna de clasificar la fauna y la flora–, el dato era una incógnita. ¿Un millón, 10 millones, 100 millones? Las cifras se lanzaban al aire como en una subasta y sin mucho sustento.
Pero Mora, doctor de la Universidad de Windsor (Canadá), lideró una investigación con la que se acercó, como nunca, a la verdad. “Hay 8,7 millones de especies”, pudo decir este experto, al revelar la conclusión más importante del Census of Marine Life, publicado en la revista PloS Biology y que él trabajó junto con otros cuatro investigadores de Alemania e Inglaterra.
Pero no todo terminó allí. El año pasado, este científico que actualmente se desempeña como profesor de la Universidad de Hawái (EE. UU.), sorprendió de nuevo a la comunidad científica al lanzar una explicación inédita sobre el cambio climático, con la que también les abrió los ojos a muchos. “Cuando hablamos de cambio climático nos vienen a la mente imágenes de hielo derritiéndose, pero las transformaciones más graves en el clima ocurrirán primero en otras latitudes. Serán los trópicos y no los polos los que en primer lugar experimentarán transformaciones sin precedentes en el clima”.
La conclusión no demoró en ser registrada por las principales publicaciones del mundo, como Nature, The New York Times o The Washington Post. Que la visión de la transformación del clima tuviera otro enfoque no era poca cosa. El estudio que contiene esta tesis predice además que, incluso si pudiéramos detener hoy todas las emisiones de dióxido de carbono, los cambios ya son irreversibles y solo pueden ser, si acaso, aplazados. En entrevista con EL TIEMPO, Mora entrega más detalles de este estudio, que realizó con el apoyo de 21 centros climáticos de 12 países (con los cuales realizaron 39 modelos teóricos), en el que participaron estudiantes de doctorado para analizar cifras entre 1860 y el 2005 y que incluye más datos desconocidos para la mayoría.
¿Cómo explica esta nueva teoría de la influencia del cambio climático en los trópicos?
El cambio climático afectará más a los trópicos que a los polos porque las especies tropicales no están acostumbradas a la variabilidad del clima y son más vulnerables a los cambios, incluso a los cambios pequeños. En los polos hay cambios drásticos en la temperatura, siempre han existido, y las especies ya se han adaptado a ellos. No ocurre lo mismo en las zonas tropicales. Por ejemplo, los corales ya viven en zonas cercanas a sus límites fisiológicos, cuando solo han ocurrido transformaciones climáticas moderadas de la temperatura marina; todos ellos podrían perderse.
¿En eso influye la velocidad de esos cambios?
Esa es precisamente una de las dificultades: que esas transformaciones se están dando muy rápido y no dan espacio a la adaptación.
¿Habrá entonces extinciones?
Sin duda. Calculamos que el 75 por ciento de las especies actuales podrían extinguirse para la próxima centuria, entre los años 2100 y 2200, extinciones dramáticas, tal vez inusuales porque estamos empujando los ecosistemas del mundo fuera del entorno en el que se desarrollaron, a condiciones completamente nuevas y a las que no podrán hacer frente.
¿Cuáles serán los ecosistemas más afectados?
Analizamos 13 diferentes ecosistemas con grupos de animales y plantas variados, y en todos, menos uno, los cambios serán considerables; eso incluye manglares, algas marinas, reptiles, cefalópodos, mamíferos. Solo un grupo se verá beneficiado.
¿Cuál es ese grupo afortunado?
Las aves marinas, porque se han adaptado a cambios y porque la mayoría vive en latitudes altas. Además, porque se pueden mover y recorrer grandes distancias.
¿Qué implicaciones podría tener esto para la humanidad, fuera del hecho de perder especies?
Los impactos sobre los trópicos tienen implicaciones a nivel mundial, ya que ellos son el hogar de la mayor parte de la población mundial, contribuyen de manera significativa a los suministros totales de alimentos y son la casa de gran parte de la biodiversidad del mundo, de la que se sustenta, por ejemplo, el agua potable.
¿Habría implicaciones sociales?
Por supuesto, porque se perdería la capacidad para producir agricultura, habría mayor desempleo, mayores migraciones y desplazados climáticos. Más de mil millones de personas viven en áreas que experimentarán climas extremos antes de 2050. La salud humana estará más comprometida, existirá una mayor difusión de enfermedades infecciosas, conflictos y desafíos para las economías.
¿Confirma entonces que los países más pobres, que no causaron el cambio climático, serán los más afectados?
Sí, y además son las naciones que tienen la menor capacidad de respuesta y adaptación.
¿Desde qué momento cambiará el clima en Bogotá, por ejemplo?
Si las cosas permanecen iguales y no hay esfuerzos radicales por reducir las emisiones, Bogotá comenzará a experimentar temperaturas muy elevadas desde 2047, un clima que alterará la vida. Eso mismo ocurrirá en Los Ángeles hacia el 2048 y en Londres en el 2056. En los polos podrían incluso presentarse elevaciones de la temperatura de hasta 7 grados centígrados, más allá de los registros históricos, y en los trópicos esos aumentos pueden ser de hasta 5 grados, en lo que es conocido como el despegue climático.
¿Alguna sugerencia para enfrentar estas amenazas y reducir el impacto?
Controlar el incremento poblacional. No habrá futuro seguro si la población sigue aumentando e incrementando el consumo. Ya en India y China, que tienen la mayor población, están comenzando a comer carne, producto que tiene la mayor huella ecológica. Hay que comenzar a tener menos hijos; sé que es un tema polémico, pero no hay escenarios planetarios positivos con el incremento poblacional que está proyectado.

No hay comentarios:

Publicar un comentario