Invertir en proteger los bosques mejora el desempeño ambiental, social y económico de empresas.
Uno de los propósitos de las empresas cuya labor interviene el medio ambiente es que un terreno degradado por la acción del hombre se recupere al finalizar las intervenciones: que crezcan las plantas y que lo repueblen las especies animales de forma natural. La consecuencia de esto es recuperar los recursos naturales y disminuir, entre otras, la huella de carbono. Pero cuando se trata de una empresa generadora de energía eléctrica, hay un logro adicional: los suelos recuperados para bosques secundarios alrededor de los embalses regulan el ciclo del agua y evitan de paso que la tierra erosionada contamine y sedimente los embalses.
¿Cómo es esto? Cuando llueve, el agua cae a lo largo de las cuencas y confluyen en el río. Si el agua impacta el suelo que está despoblado de vegetación se perderá más rápido; pero si cae y el suelo está cubierto, si hay biomasa (materia orgánica de origen animal o vegetal), se mantendrá un poco más, ayudando a estos suelos a controlar la erosión. Si no hubiera bosques a su alrededor, los embalses tendrían menos agua y menos vida útil. Esta es otra razón importante de cuidar las cuencas: que mantienen la sostenibilidad de los embalses. Mientras menos sedimentos lleguen a un embalse, más conservación y más agua limpia. Además, el crecimiento de los bosques originará una mayor captura de carbono.
Esta es una de las tareas que Isagen, la tercera empresa generadora de energía eléctrica de Colombia, se ha propuesto en las últimas décadas. En el 2005 estableció algunas parcelas en las que crece bosque secundario alrededor de sus embalses, con el ánimo de investigar la manera en que evolucionan los bosques y los factores que determinan su crecimiento.Esto implica prestar atención a lo que allí sucede, haciendo cada dos años unas mediciones que definen el rumbo y estrategias a tomar con estos bosques, entre las que se incluyen la adquisición de predios adyacentes y dedicados a la agricultura o ganadería, dejando que crezcan allí más bosques secundarios que garanticen, entre otros aspectos, la captura de carbono.
Entender el proceso de recuperación del bosque facilita estudiarlo y manejarlo. En muchos casos se trata de tierras que antes se habían destinado a la ganadería y la agricultura, y que ahora, convertidas en zonas de importancia ecológica, no se intervienen para que se recuperen mediante un proceso denominado sucesión natural. Con esto se espera restaurar y mantener servicios ambientales como la captura de carbono, la regulación de caudales, la protección de los suelos, el sustento para la fauna, la recuperación de especies, entre otros, asociados todos a la biomasa (materia orgánica en el suelo y en la superficie : hojas, madera, etc.) y la biodiversidad (la amplia variedad de seres vivos).
Con respecto a la biomasa, su importancia actual radica en que puede ser estimada y conocerse su equivalencia en cantidad de carbono. La concentración excesiva de carbono en el ambiente causa contaminación atmosférica, lo que repercute en el calentamiento global. Por ejemplo, para el caso de la vegetación, las plantas descomponen el dióxido de carbono (gas contaminante) en oxígeno disponible y almacenan el carbono en la biomasa. En cuanto a la biodiversidad, su importancia radica en el sostenimiento del equilibrio ambiental: mantener la provisión de bienes y servicios ambientales para todas las poblaciones, incluyendo todas las especies.
¿Y qué es eso de la huella de carbono? Nada menos que la totalidad de gases de efecto invernadero emitidos por la acción directa o indirecta de un individuo, organización, evento o producto. El humo de las chimeneas fabriles transporta a la atmósfera elementos tóxicos, gas metano, gas carbónico, entre otros, en forma tan abundante que la atmósfera no tiene oportunidad de limpiarse mediante sus propios procesos y, lo peor, estos gases impiden que el calor del sol reflejado por el planeta vuelva al espacio. De esta manera aumenta la temperatura de la superficie y se acrecientan algunos fenómenos que estamos presenciando actualmente: deshielo de capas polares, incremento del nivel de los océanos, inundaciones, y puesta en peligro de la biodiversidad que durante millones de años ha habitado la Tierra.
En el mundo contemporáneo las empresas tienen diversos estímulos para reducir su huella de carbono. El más importante de dichos estímulos es, desde luego, la conservación de un ambiente idóneo para la vida, pero también los hay de carácter económico. Una empresa con huella de carbono cero o positiva recibirá una calificación favorable en la evaluación de su respeto al planeta y, de paso, podrá incluso vender los excedentes a otras empresas que requieren neutralizar su huella. En el caso de Isagen, por ejemplo, aplicando el desarrollo metodológico de la firma Price Waterhouse Cooppers, se miden anualmente la cantidad de emisiones de carbono.
De esta manera, la generadora de energía se empeña con metas puntuales a reducir sus emisiones, conocer sus existencias de carbono capturado y en un futuro, a neutralizar su huella.
La deducción es simple: a mayor tasa de crecimiento del bosque, mayor captura de carbono y por ende, si estos bosques pertenecen a la empresa, mayor probabilidad de neutralizar la huella de carbono. Desde la perspectiva de la inversión de terceros, es más atractivo hacerlo en empresas responsables y con políticas tendientes a disminuir su huella de carbono. En pocas palabras, invertir en la protección y conservación de los bosques mejora el desempeño ambiental, social y económico de las empresas.
(Versión periodística del informe de investigación “Variación de la diversidad, dinámica y biomasaaérea asociada con la sucesión natural en bosques secundarios protectores de las áreas de embalses de Isagén”, de Huber Alexander Vanegas Villa[1].)
[1] Huber Alexander Vanegas Villa hvanegas@isagen.com.co. Ingeniero Forestal. Especialista en Gestión Ambiental. Candidato a Magister en Medio Ambiente y Desarrollo. Analista Ambiental Biótico, ISAGEN S.A. E.S.P. www.isagen.com.co
