La ocultación de la estrella ha comenzado como un fenómeno anular y ha terminado como total
Pese a que, visto desde la costa americana, el eclipse de Sol de del domingo 3 de noviembre era solo parcial, con la silueta de la Luna cubriendo una parte del disco solar, los madrugadores pudieron ver el fenómeno al amanecer, entre nubes en muchos lugares. En Canarias, el lugar de España donde era mayor el porcentaje de Sol oculto por la Luna, aunque también parcial, las malas condiciones meteorológicas, con densas nubes y lluvias ocasionales, impidieron apreciar plenamente el eclipse, según informó Efe. Incluso en el observatorio de Izaña, en el Teide, que tiene un 95% de días despejados, el domingo tocó uno cubierto. En la zona solo se vio el trozo de sol mordidopor la sombra lunar cuando había algún claro, informó Héctor Socas, investigador delInstituto de Astrofísica de Canarias (IAC). En el centro de la península, con nubes, la ocultación solar fue mínima, por lo que pasó mas bien desapercibida.
Un eclipse se produce cuando la Luna se cruza por delante de la estrella en la línea de visión desde la Tierra. El del domingo era de tipo híbrido ya que comenzó como anular, con la corona de fuego de la estrella asomando alrededor de la Luna en sombra, para convertirse después en total. Recorrió una franja del Atlántico y África ecuatoriales y tocó tierra en Gabón, donde también había condiciones meteorológicas adversas. Pese al cielo nublado en la región, los habitantes allí apreciaron el fenómeno, que luego fue plenamente visible en otras regiones del continente, informa France Press. En la franja de observación (de 47 kilómetros de ancho) del eclipse del domingo no hay grandes centros urbanos.
En el norte de Kenia, el eclipse total duró solo unos 15 segundos y allí el buen tiempo acompañó a los miles de turistas y equipos de observadores desplazados al Parque Nacional de Sibiloi, junto al lago Turkana, informó Efe. Mientras tanto, en Nairobi, donde la ocultación fue parcial, también las densas nubes impidieron la observación del fenómeno.
El que no estaba dispuesto a perdérselo, con nubes o sin ellas, fue el fotógrafo y cazador de eclipses Ben Cooper, que captó el fenómeno desde un avión alquilado para la ocasión por un grupo de entusiastas que sobrevolaron el Atlántico, a 13.000 metros de altura. Cooper envió una fotografía tomada desde su posición privilegiada a Space.com con el impresionante anillo de diamantes, es decir, el disco solar totalmente cubierto pero con las turbulencias brillantes de la estrella asomando por el borde la sombra lunar. Al menos tres cruceros se situaron en el Atlántico, en la franja de la ocultación solar, para verla. El anterior eclipse híbrido se produjo en abril de 2005 y el próximo será en 2023, informa space.com.
No hay comentarios:
Publicar un comentario