miércoles, 23 de septiembre de 2015

El duelo entre el día y la noche

El Sol se sitúa en paralelo con el ecuador de la Tierra y genera hoy un día con las mismas horas de luz que de oscuridad. A las 10.21 horas (hora peninsular) llega el otoño

Este martes 23 de septiembre es uno de esos días en los que el día se bate en un duelo con la noche que a partir de mañana comenzará a perder. El Sol se sitúa hoy en paralelo con el ecuador de la Tierra con dirección al hemisferio sur, provocando que los rayos solares incidan en el globo terrestre de manera perpendicular y genere un día con las mismas horas de luz que de oscuridad.. Es lo que se conoce comoequinoccio de otoño. De hecho, la palabra equinoccio proviene del término latín «aequinoctium» que significa «noche igual» y con él cambia la estación.
A las 10.21 hora peninsular comenzará el otoño de 2015. Durará 89 días y 20 horas y terminará el 22 de diciembre con el comienzo del invierno, según cálculos del Observatorio Astronómico Nacional(perteneciente al Instituto Geográfico Nacional).
Así, el otoño comenzará a la vez en el hemisferio norte, al tiempo en que comienza la primavera en el hemisferio sur.
El equinoccio de otoño puede darse en cuatro fechas distintas, que van del 21 al 24 de septiembre. A lo largo del siglo XXI el otoño se iniciará en los días 22 y 23 de septiembre (fecha oficial española), siendo su inicio más tempranero el del año 2096 y el inicio más tardío el de 2003.
El motivo por el que la fecha varía de un año a otro se deben al modo de la secuencia de los años según el calendario, ya que unos años son bisiestos y otros no, con la duración de cada órbita de la Tierra alrededor del Sol (duración conocida como año trópico).

Cambio de hora el 25 de octubre

Entre las características peculiares del otoño está el cambio de hora, que en esta ocasión será efectivo el 25 de octubre, recuperando así el horario de invierno.
Asimismo, esta estación es la época del año en que la longitud del día se acorta más rápido, ya que en la latitud de la Península, el Sol sale por las mañanas, más de un minuto más tarde que el día anterior y por la tarde se acorta cada día dos minutos antes, por lo que el anochecer es especialmente apreciable. En definitiva, en estos días el tiempo en que el Sol está por encima del horizonte se reduce en casi tres minutos cada día.

Un eclipse y lluvias de meteoros

Este otoño comenzará con un eclipse total de Luna, que tendrá lugar en la madrugada del 28 de septiembre y que será visible desde España, si las condiciones climatológicas lo permiten. Además, ese mismo día se registrará la primera luna llena del otoño, dándose las siguientes 29 o 30 días después: 27 de octubre y 25 de noviembre.
También se podrá disfrutar de varias lluvias de meteoros. La primera es la de las Dracónidas, cuyo máximo se da hacia el 8 de octubre. Otro suceso similar, también muy popular en esta época del año, es la lluvias de Leónidas, que se da alrededor del 17 de noviembre y que ocasionalmente llega a ser muy intensa. Sin embrago, la más intensa suele ser la de las Gemínidas, cuyo máximo ritmo se da alrededor del 13 de diciembre.
En cuanto a las constelaciones, alrededor de la estrella Polar se verán a lo largo de la noche Cisne, Casiopea, Osa Menor y Jirafa. Las constelaciones eclípticas visibles en este periodo van de Capricornio a Virgo. Por encima de la eclíptica destacarán Pegaso y Andrómeda; por debajo, Ballena y Orión, así como las estrellas Sirio y Proción.
Debido al fenómeno de «El Niño», las agencias meteorológicas internacionales de más prestigio pronostican una estación más cálida y algo más húmeda de lo normal en nuestro país, según señala el meteorólogo Enrique Hernanz.
Esta es una estación de «transición» al invierno, donde las temperaturas rozan sus mínimos. Como consecuencia, los árboles empiezan a perder sus hojas, que cambian del verde intenso veraniego a toda una amplia gama de marrones. La caída de las hojas se ve favorecida por el aumento de la fuerza de los vientos, propiciado por la nueva estación.
Este cambio también supone un trastorno para los seres vivos. Durante este proceso de adaptación es posible que aparezca la astenia otoñal, con cansancio, apatía, mal humor o la falta de sueño. También son normales la anhedonia —esto es la incapacidad que sufre una persona para sentir placer al realizar cualquier actividad— y la falta de concentración. Incluso la ausencia de deseo sexual es habitual. Es un síndrome temporal, que apenas dura unos días y al que se puede superar con unos sencillos consejos.

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