¿Lo más ecológico? ¿Una nueva moda de hoteles, instituciones y hogares con posibilidades? ¿Lo más vanguardista? Simplemente, lo más. Una fuente de energía, un pulmón en medio de la ciudad. Jardines en la pared, una alternativa para mantener un espacio verde.
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Jardín vertical del Hotel Athenaeum de Londres, diseñado por Patrick Blanc
Pero además, bajo esa espesa capa vegetal se esconde un verdadero protector de la contaminación acústica de las ciudades, pues logra aislar el interior de los sonidos y vibraciones exteriores.
Estos maravillosos tapices verdes protegen al edificio de las inclemencias del tiempo, lo que evita la formación de fracturas y de otros deterioros causados por el clima.
El botánico francés Patrick Blanc, investigador del Centro Nacional de Investigación Científica (CNRS, por sus siglas en francés) de París, ha sido el creador de esta idea que ha ido expandiendo por todo el mundo desde la capital francesa a Singapur, desde Miami a Kiev, de Bali a Londres. En cualquier esquina del globo sus muros vegetales se alzan como verdaderas esculturas vivientes sobre un mar de hormigón.
La arquitecta chilena Vicky Rojas trabaja en Gestión Estratégica en Soluciones Sustentables y es especialista en cubiertas vegetales e impermeabilizaciones. En su opinión, la falta de vegetación en las grandes ciudades ha llevado a que la incorporación de revestimientos vegetales en los edificios transformen el pasaje urbano y mejoren la calidad de vida de los habitantes.
Valor añadido
"Al principio pudo ser una moda, pero con el paso del tiempo y el conocimiento de los beneficios que el uso de estos elementos otorga, tanto a los usuarios como a las ciudades, se ha producido un cambio de mentalidad", explica la arquitecta chilena Vicky Rojas, especialista en cubiertas vegetales e impermeabilizaciones.
El Hotel Intercontinental de Santiago de Chile ofrece, nada menos, que una visión de 2.200 metros cuadrados de jardín vertical. Su Room & Revenue Division Manager, Giuseppe De Luca, señala que esta fachada verde "representa un valor agregado y diferenciador al conjunto de componentes que añade un cliente para la elección de nuestro hotel".
¿Se trata de una moda? La arquitecta chilena responde: "Al principio pudo ser, pero con el paso del tiempo y el conocimiento de los beneficios que el uso de estos elementos otorga, tanto a los usuarios como a las ciudades, se ha producido un cambio de mentalidad.
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Pared de jardín vertical del Hotel Intercontinental de Chile.
Estas fachadas mantienen un compromiso con el medio ambiente que están asumiendo diversas empresas, fundaciones, edificios corporativos... Además ya existen datos concretos de ahorro energético".
Hay dos tipos de jardines en una fachada: los "muros vegetales", directamente sobre la superficie, y los "parrones verticales o pieles vegetales", que están un poco distanciadas de los muros y permiten la circulación de aire entre la vegetación y la pared del edificio.
"Con el uso de jardines en las fachadas se logra que el edificio devuelva a la ciudad la vegetación que le quita al construirlo, haciéndola además más visible". Lo que se consigue, según Vicky Rojas, son verdaderas plazas verticales.
El Hotel Intercontinental de Santiago de Chile ofrece, nada menos, que una visión de 2.200 metros cuadrados de jardín vertical. Su Room & Revenue Division Manager, Giuseppe De Luca, señala que esta fachada verde "representa un valor agregado y diferenciador al conjunto de componentes que añade un cliente para la elección de nuestro hotel".
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El Hotel Intercontinental se encuentra ubicado en el centro financiero de Chile
Un lugar en el que, sin duda, no pasa inadvertido entre magníficos edificios empresariales. "Estamos en la esquina más importante del sector de El Golf y no ha pasado desapercibido este hito eco-arquitectónico o paisajista, según se vea. Un jardín vertical, inusual en esta zona".
Álvaro Diago, COO de Intercontinental Hotels Group para América Latina y el Caribe indica que "la nueva torre, es reconocida por su sorprendente pared viviente y agrega una nueva dimensión más a este hotel. Es un verdadero hito para la marca InterContinental Hotels & Resorts".
La arquitecta Rojas afirma que, mientras los materiales de los edificios se van deteriorando, "con la presencia de la naturaleza sucede al revés: la vegetación recién plantada es muy somera, pero con el paso de los años comienza a crecer y otorga un valor adicional al edificio y a la ciudad".
Tierra para crecer
Pensar que las plantas necesitan la tierra para crecer es un error que este tipo de edificios pone categóricamente de manifiesto. Las plantas requieren agua con múltiples nutrientes y minerales disueltos en ella, además de luz y dióxido de carbono.
La vegetación vertical también permite absorber el agua excedente, la filtra y la devuelve lentamente al medioambiente por medio de la transpiración vegetal. A su vez, los muros vegetales sirven de reserva del agua de lluvia que será empleada para el riego.
Pero no siempre es fácil. El gerente del Hotel Intercontinental de Chile relata que "en un principio se colocaron las plantas en los sostenedores verticales de aluminio en las paredes, durante los meses de más calor en Santiago (de noviembre a febrero), aunque se marchitaron algunos paneles. Pero reemplazamos las plantas estropeadas. Poco a poco fuimos mejorando el sistema de riego y lo optimizamos en el tiempo".
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Imagen de una pared interior de jardín vertical del Icon Hotel de Hong Kong.
La arquitecta chilena explica que "una fachada vegetal no necesariamente tiene que estar verde todo el año", se pueden colocar y combinar plantas para que con los cambios de temporadas u orientación, otorguen diferentes colores, y la orientación del edificio y la pared, determinará el tipo de plantas.
Pensar que las plantas necesitan la tierra para crecer es un error que este tipo de edificios pone categóricamente de manifiesto. Las plantas requieren agua con múltiples nutrientes y minerales disueltos en ella, además de luz y dióxido de carbono.
"Generalmente se trabaja con módulos y estos se pueden ir cambiando si es necesario. El sustrato donde crecen las plantas también es especial, por lo que no se genera maleza. Por otra parte, el riego es automatizado".
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Edificio Consorcio en Santiago de Chile
Esta maravillosa estética tiene un valor añadido y es su contribución a mejorar el medio ambiente, "oxigena y mitiga la contaminación atmosférica, especialmente de CO2, sedimentan el polvo y reduce la contaminación acústica" añade Rojas.
Hay estudios que indican que proyectar una fachada vegetal repercute en el consumo energético del edificio y lo reduce hasta un 40 por ciento respecto a los que no disponen de este elemento aislante. Unos valores, según la arquitecta, que pueden variar por factores circunstanciales como ubicación, altura, relación con edificios vecinos, densidad de ocupación interior o distribución.
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