sábado, 26 de marzo de 2011

Hora del Planeta: la utilidad de apagar la luz


Hora del Planeta
La Hora del Planeta comenzó en Sydney, Australia, en 2007.
Reciclar, usar menos el auto y comprar en comercios locales, son acciones concretas que se pueden hacer para reducir el impacto del cambio climático. Y este sábado se trata de apagar las luces. Pero, ¿estamos realmente salvando al planeta?
Cientos de millones de personas de todo el mundo toman parte en la Hora del Planeta, un evento anual en el que se le pide a la gente que apague las luces a las 08:30 PM, hora local.
Este 26 de marzo, se estima que un récord de 133 países se sumarán a la que ha sido descrita por algunos como la acción ambiental voluntaria más grande del mundo.
De hecho, su repercusión ha sido casi viral, en cuanto a la cantidad de personas que se ha sumado cada año.
En 2010, 1.000 millones de personas en más de 4,500 ciudades de 128 países, apagaron las luces en la Hora del Planeta.
Un logro sustancial, si se compara con sus inicios en 2007, cuando se sumaron 2 millones de personas.
La iniciativa de sensibilización pública, organizada por el Fondo Mundial de la Naturaleza, (WWF, por sus siglas en inglés) comenzó en Sydney, Australia, como un esfuerzo local. Desde 2009, la Hora del Planeta tomó carácter global.
Al principio sus organizadores aseguraban que reduciría de manera significativa el consumo de energía alrededor del mundo. Ahora se han distanciado de esa aseveración y han puesto el énfasis en los aspectos simbólicos y educativos de la campaña de apagar las luces.

"La voz de la gente"

Monumentos emblemáticos a oscuras

Chicago a oscuras
  • Edificio más alto del mundo: Burj Khalifa, Dubai
  • Edificio Empire State, Nueva York
  • Cristo Redentor, Rio
  • Torre Eiffel, Paris
  • Ópera de Sidney, Australia
  • El Obelisco, Buenos Aires
  • Palacio presidencial de Lima
Para Sudhanshu Sarronwala, director de comunicación del WWF, se trata de una acción civil simbólica, pero no por eso deja ser relevante.
"Este es el momento en que los ciudadanos de todo el mundo se juntan en una acción común contra el cambio climático. Es una hora en la que se escucha una voz global", le dice Sarronwala a BBC Mundo.
"Uno de los mayores logros de la Hora del Planeta es que en todo el mundo y a nivel del ciudadano promedio, se ha creado una conciencia de lo que significa el cambio climático, y un concepto que es muy técnico se ha convertido en algo corriente", agrega el funcionario de WWF.
Otros de los grandes logros de este apagón mundial, según el criterio del WWF, ha sido el de crear una plataforma ciudadana para negociar con los gobiernos y las compañías internacionales para que tomen acciones concretas que protejan al medio ambiente.
En América Latina, países como Brasil, Colombia, Honduras, Chile y Argentina son de los grandes seguidores de esta iniciativa.
De hecho este año, el presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, se sumó a los líderes y figuras mundiales que realizaron un un video apoyando la Hora del Planeta.
Según el anuncio del Secretario General de Naciones Unidas Ban Ki-moon, "vamos a unirnos para celebrar esta misión compartida de proteger el planeta y garantizar el bienestar humano. Usemos 60 minutos de oscuridad para ayudar al mundo a ver la luz".

Más que 60 minutos

Pero apagar las luces es sólo el comienzo.
Este año la Hora del Planeta pide a la gente a ir más allá de los 60 minutos y usar la iniciativa para comprometerse a una acción, grande o pequeña, que se realice para el futuro de la Tierra.
En Brasil, la organización de alcaldes FNP, que representa a 400 municipios, se comprometió a movilizar a sus poblaciones hacia ese propósito. "Cuando llevamos la movilización hasta el ámbito municipal, esto se refleja en forma de cambios efectivos en el comportamiento de la sociedad".
En Colombia, la ciudad de Medellín está trabajando en un "futuro más verde".
Según la Secretaría de Medio Ambiente, su compromiso "para proteger nuestro planeta se ha implementado en los 337.000 árboles plantados en Medellín en los últimos tres años, así como la recuperación de 300.000 metros cuadrados de espacio público y la protección de los recursos hídricos de nuestra ciudad".
Y en Australia, la primera ministra Julia Guillard prometió que este año su gobierno luchará por poner un impuesto al CO2.
Y aunque se trate de una acción simbólica -aseguran los adeptos-, el sólo el hecho de apagar la luz este sábado por una hora o de contarle a sus amigos, estará contribuyendo a salvar nuestra Tierra.

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