domingo, 27 de marzo de 2011

Los Roques y Morrocoy corren peligro

El nivel del mar podría incrementarse en casi 1 metro en las costas de todo el mundo y eso podría tener consecuencias graves para Venezuela, como la desaparición de parte de las playas de Los Roques y Morrocoy
 
Parque Nacional Morrocoy | Archivo
Parque Nacional Morrocoy | Archivo

En los próximos 50 años, el nivel del mar podría incrementarse en casi 1 metro en las costas de todo el mundo. Eso podría tener consecuencias graves para Venezuela, como la desaparición de parte de las playas de Los Roques y Morrocoy, de acuerdo con datos otorgados por la organización ambientalista local Vitalis.

Mañana, más de 140 países celebrarán el Día Mundial del Clima, una fecha promovida por la ONU para informar y advertir sobre los efectos del cambio climático.

Entre las actividades con las que sembrarán conciencia global destaca la Hora del Planeta, una iniciativa de la organización World Wide Fund for Nature, en la que todo el mundo apagará la luz durante una hora para centrar la atención en la importancia de hacer uso eficiente de la energía eléctrica.

Diego Díaz Martín, presidente de Vitalis, indicó que los cambios climáticos no sólo afectan a los países industrializados, en los que el uso de combustibles fósiles generadores de CO2 ha intensificado el efecto invernadero: "América ya ha experimentado una sucesión de acontecimientos radicales, como la desaparición de glaciares importantes. Si esto no convence a nadie, ¿qué otra prueba estamos esperando?".

sábado, 26 de marzo de 2011

Hora del Planeta: la utilidad de apagar la luz


Hora del Planeta
La Hora del Planeta comenzó en Sydney, Australia, en 2007.
Reciclar, usar menos el auto y comprar en comercios locales, son acciones concretas que se pueden hacer para reducir el impacto del cambio climático. Y este sábado se trata de apagar las luces. Pero, ¿estamos realmente salvando al planeta?
Cientos de millones de personas de todo el mundo toman parte en la Hora del Planeta, un evento anual en el que se le pide a la gente que apague las luces a las 08:30 PM, hora local.
Este 26 de marzo, se estima que un récord de 133 países se sumarán a la que ha sido descrita por algunos como la acción ambiental voluntaria más grande del mundo.
De hecho, su repercusión ha sido casi viral, en cuanto a la cantidad de personas que se ha sumado cada año.
En 2010, 1.000 millones de personas en más de 4,500 ciudades de 128 países, apagaron las luces en la Hora del Planeta.
Un logro sustancial, si se compara con sus inicios en 2007, cuando se sumaron 2 millones de personas.
La iniciativa de sensibilización pública, organizada por el Fondo Mundial de la Naturaleza, (WWF, por sus siglas en inglés) comenzó en Sydney, Australia, como un esfuerzo local. Desde 2009, la Hora del Planeta tomó carácter global.
Al principio sus organizadores aseguraban que reduciría de manera significativa el consumo de energía alrededor del mundo. Ahora se han distanciado de esa aseveración y han puesto el énfasis en los aspectos simbólicos y educativos de la campaña de apagar las luces.

"La voz de la gente"

Monumentos emblemáticos a oscuras

Chicago a oscuras
  • Edificio más alto del mundo: Burj Khalifa, Dubai
  • Edificio Empire State, Nueva York
  • Cristo Redentor, Rio
  • Torre Eiffel, Paris
  • Ópera de Sidney, Australia
  • El Obelisco, Buenos Aires
  • Palacio presidencial de Lima
Para Sudhanshu Sarronwala, director de comunicación del WWF, se trata de una acción civil simbólica, pero no por eso deja ser relevante.
"Este es el momento en que los ciudadanos de todo el mundo se juntan en una acción común contra el cambio climático. Es una hora en la que se escucha una voz global", le dice Sarronwala a BBC Mundo.
"Uno de los mayores logros de la Hora del Planeta es que en todo el mundo y a nivel del ciudadano promedio, se ha creado una conciencia de lo que significa el cambio climático, y un concepto que es muy técnico se ha convertido en algo corriente", agrega el funcionario de WWF.
Otros de los grandes logros de este apagón mundial, según el criterio del WWF, ha sido el de crear una plataforma ciudadana para negociar con los gobiernos y las compañías internacionales para que tomen acciones concretas que protejan al medio ambiente.
En América Latina, países como Brasil, Colombia, Honduras, Chile y Argentina son de los grandes seguidores de esta iniciativa.
De hecho este año, el presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, se sumó a los líderes y figuras mundiales que realizaron un un video apoyando la Hora del Planeta.
Según el anuncio del Secretario General de Naciones Unidas Ban Ki-moon, "vamos a unirnos para celebrar esta misión compartida de proteger el planeta y garantizar el bienestar humano. Usemos 60 minutos de oscuridad para ayudar al mundo a ver la luz".

Más que 60 minutos

Pero apagar las luces es sólo el comienzo.
Este año la Hora del Planeta pide a la gente a ir más allá de los 60 minutos y usar la iniciativa para comprometerse a una acción, grande o pequeña, que se realice para el futuro de la Tierra.
En Brasil, la organización de alcaldes FNP, que representa a 400 municipios, se comprometió a movilizar a sus poblaciones hacia ese propósito. "Cuando llevamos la movilización hasta el ámbito municipal, esto se refleja en forma de cambios efectivos en el comportamiento de la sociedad".
En Colombia, la ciudad de Medellín está trabajando en un "futuro más verde".
Según la Secretaría de Medio Ambiente, su compromiso "para proteger nuestro planeta se ha implementado en los 337.000 árboles plantados en Medellín en los últimos tres años, así como la recuperación de 300.000 metros cuadrados de espacio público y la protección de los recursos hídricos de nuestra ciudad".
Y en Australia, la primera ministra Julia Guillard prometió que este año su gobierno luchará por poner un impuesto al CO2.
Y aunque se trate de una acción simbólica -aseguran los adeptos-, el sólo el hecho de apagar la luz este sábado por una hora o de contarle a sus amigos, estará contribuyendo a salvar nuestra Tierra.

viernes, 25 de marzo de 2011

ESPECIAL JAPÓN: consecuencias ambientales del terremoto de Japón


No, esta vez no es culpa del cambio climático

Las consecuencias ambientales de los recientes episodios sucedidos en Japón son diversas y necesitan ser catalogadas atendiendo a cada uno de los sucesos que han tenido lugar en el país. A través de este artículo haremos una primera aproximación del potencial impacto ambiental del terremoto ocurrido el pasado 11 de marzo en Japón, así como del posterior tsunami y accidente nuclear en la central de Fukushima.
Cabe decir que existe una leyenda urbana que vincula los terremotos con el cambio climático. Es falsa. Nada tiene que ver un movimiento sísmico con el fenómeno atmosférico del cambio climático. Básicamente porque un terremoto es consecuencia del movimiento tectónico de placas de la corteza terrestre –resultado de episodios vinculados a la estructura interna de la Tierra-, mientras que el cambio climático afecta a la parte atmosférica de la Tierra, en su exterior. Por tanto un suceso tiene que ver con la parte interna y el otro con la parte externa de nuestro planeta.
Efectos del terremoto. Si nos centramos en el terremoto podemos observar, por un lado, consecuencias inmediatas durante el episodio mismo del seísmo. Accidentes causados por desprendimientos, material deslizado procedente de laderas de montañas que erosione el terreno o afectaciones, en mayor o menor grado a los cursos fluviales, y que a su vez haya repercutido a los individuos de ciertas especies. Evidentemente las especies que se desplazan por el suelo son las potencialmente más perjudicadas. Por otro lado existen impactos derivados de la situación post terremoto, como la alteración del paisaje, la fragmentación de vías de desplazamiento o del propio hábitat de las especies, así como de sus guaridas, nidos, etc. En último lugar cabe destacar la afectación al medio urbano que puede tener implicaciones ambientales locales. Liberación de sustancias tóxicas, gases contaminantes u otros componentes que, tras el seísmo, hayan sido volcados al medio natural afectando a éste, sobretodo materiales y sustancias procedentes de zonas industriales donde las sustancias pueden ser tóxicas. Todo ello podría contaminar las aguas freáticas y la propia atmósfera provocando que la afectación no sea sólo local.
A pesar de que el gas natural fue cortado automáticamente con el seísmo se tuvo que lamentar una importante explosión en una central de refinado de petróleo (ver imagen superior). Se trata de la refinería de Chiba, propiedad de la empresa Cosmo Oil, con una capacidad de producción de 220.000 barriles/día de petróleo. La refinería experimentó una explosión y posterior incendio que duró 10 días. La aparatosa explosión provocó una importante quema de Gases Licuados de Petróleo (GLP) almacenados en sus tanques. La quema directa de GLP libera a la atmósfera importantes cantidades de metano (gas con un potencial de calentamiento 23 veces superior al del CO2), óxido nitroso (con un potencial de calentamiento 310 veces superior al del CO2) y monóxido de carbono.
Consecuencias del tsunami. En el caso del tsunami la afectación es aún mayor. El proceso de arrastramiento ha provocado un importante proceso de erosión y destrucción de hábitat y un más que evidente impacto en el paisaje. Se estima que la ola de 5 km de longitud y 10 metros de alto entró a lo largo de 25 km dentro del territorio japonés. Este hecho ya ha mostrado sus consecuencias. En la localidades de Ofunato y Kesennuma, de 42 y 73 mil habitantes respectivamente, se ha podido observar como el área cubierta con vegetación ha disminuido significativamente tras el proceso erosivo del tsunami. Se puede observar en la fotografía adjunta donde las áreas cubiertas por la vegetación se muestran en rojo, mientras que las ciudades y las zonas sin vegetación se muestran en tonos de azul-gris. La imagen de la izquierda fue adquirida el 14 de marzo de 2011; la imagen de la derecha fue adquirido en agosto de 2008. Esto repercutiría también en la destrucción de suelo que podría tener consecuencias para la agricultura.
Al igual que en el caso del terremoto el proceso de arrastramiento indiscrimando de casas, vehículos, barcos, naves industriales, etc. puede provocar la liberación de sustancias tóxicas hacia el entorno en cantidades variables según el lugar. En este sentido fugas de combustible, gases, o sustancias químicas, residuos almacenados procedentes del sector de la electrónica pueden tener afectaciones importantes a nivel local. Una sola gota de mercurio vertida en un lago puede contaminar varios miles de litros de agua. Los contaminantes líquidos fácilmente podrían llegar a las aguas freáticas, contaminándolas, según el tipo de suelo que se encuentre en la región.
Repercusiones del accidente nuclear. La consecuencia obvia y directa del accidente nuclear de Fukushima es la liberación de radiactividad en el medio ambiente. Si bien pequeñas dosis de fugas radiactivas pueden disolverse con facilidad en la atmósfera una continuada e intensa exposición a la radiación puede acarrear importantes consecuencias, especialmente para la salud de los seres vivos. Además, la radiactividad puede transmitirse a lo largo de la cadena trófica bioacumulándose (la ingestión de una planta o animal que ha recibido una dosis de radiación provoca la transmisión de las partículas radiactivas al organismo ingestor).
Así las consecuencias para el medioambiente no son menores: ”A largo plazo la contaminación nuclear se deposita en el suelo y en el mar, y se incorpora a la cadena trófica, de los peces, que son la base de la dieta en Japón, del resto de animales, de las plantas, la fruta, las verduras”, afirma, Eduard Rodríguez-Farréradiobiólogo del Consejo Superior de Investigaciones Científicas.Como este proceso se bioacumula (pasa de unos organismos a otros) esto termina potencialmente afectando a la especie humana, ya que es la especie que se encuentra en la punta de la pirámide.En el accidente de Chernóbil, por ejemplo, la contaminación de los líquenes de la zona afectó a miles de renos de la zona del Ártico, pues es el alimento de estos animales. Como consecuencia miles de renos tuvieron que ser sacrificados para evitar que nadie comiera su carne. Estos días se ha podido comprobar como alimentos de Tokio procedentes de Fukushima mostraban contaminación por radioactividad.
Efectos sobre la salud. Los efectos a una exposición de radiación varían en función de la dosis. Una exposición moderada pueden conllevar náuseas y vómitos, que a menudo comienzan pocas horas después, seguidos de diarrea, dolor de cabeza y fiebre. Una exposición moderada a la radiación contínua en el largo plazo puede causar problemas de inducción de cáncer, pero por lo general en porcentajes muy bajos de la población.
Aunque una exposición severa a la radiación puede resultar en cambios -o mutaciones- en el ADN, los que potencialmente pueden pasarse de una generación a otra. Entonces es cuando tiene lugar el envenenamiento. Tal y como se reproduce en La Vanguardia un excesivo nivel de radiación produce la llamada radiación ionizante, que puede interferir en el estado básico de la materia. En el caso de un organismo podría llegar a interferir en la división celular, provocando con el tiempo un cáncer, y afectar fatalmente los órganos internos.
Medidas a tomar. Por todo esto es importante que las autoridades actúen con rapidez para evitar males mayores. Lo primero es evacuar a la población y luego suministrar a los residentes locales tabletas de yoduro de potasio. La radiación emite yodo radiactivo, lo que provoca cáncer de tiroides, aunque el risego puede contrarrestarse con estas tabletas. Por suerte los japoneses suelen comer abundante pescado y vegetales lo que incrementa el nivel de yodo natural en su dieta, lo que va a su favor.
La contaminación por radiación no sólo se va a quedar en Japón ya que según sople el viento las emisiones radiactivas podrían llegar incluso hasta los Estados Unidos, aunque muy diluidas. También podrían entrar en riesgo países como Corea y la zona de Siberia si el viento sopla en esa dirección, aunque éste pueda ser un escenario menos probable.
Ahorro energético. Parece increíble pero los problemas de suministro eléctrico han provocado la posibilidad de un blackout (apagón) en la ciudad de Tokio. De hecho se esperaba que sucediera en el día de hoy. Pero finalmente ha llegado a cubrirse la demanda en la hora de máximo consumo. Aún así unos 10 millones de hogares se verían afectados por los planes de recorte de suministro de la empresa eléctrica Tepco. Las autoridades han llamado a la población a que hagan esfuerzos en el ahorro de luz, sobre todo en horas de la tarde y noche. En los hoteles los clientes se alojan por plantas para evitar encender la luz y calefacción de las plantas que queden vacías. Se ha limitado el tiempo de funcionamiento del metro, gran consumidor de electricidad, lo que ha provocado largas aglomeraciones de ciudadanos que esperaban su puesta en marcha. La energía nuclear provee en Japón un tercio de la electricidad que consume el país. Con el terremoto algunas centrales han sido detenidas como medida de emergencia y ello está provocando importantes problemas de suministro, situación preocupante si tenemos en cuenta que durante la noche las temperaturas bajan por debajo de los 0ºC.
Justo hace un año la ciudad de Tokio lanzaba un plan para la reducción de las emisiones de CO2 en la ciudad. Según el plan las grandes empresas y oficinas de la ciudad están obligadas a reducir en un 6% sus emisiones. El plan tiene como objetivo que para el 2017 las emisiones se reduzcan en un 17%. Japón es uno de los principales emisores de dióxido de carbono del mundo y tiene pendiente la reducción para 2012 de su cuota de contaminación por debajo del 6% respecto a 1990, tal y como establece el protocolo de Kyoto.

Rescatan a delfín arrastrado por tsunami en Japón


24 de Marzo de 2011  17:35

viernes, 18 de marzo de 2011

EL COSTO AMBIENTAL DE ABANDONAR LA ENERGÍA NUCLEAR


Explosión en la planta de Fukushima
Tras las explosiones en la planta de Fukushima en Japón, el futuro de la energía nuclear es incierto.
La posible amenaza de un desastre nuclear en Japón ha desatado la alarma sobre los riesgos de esta forma de producir energía. Pero hasta hace una semana, la energía atómica era vista como una forma de luchar contra el cambio climático. ¿Debemos descartarla? ¿Hay otras alternativas?
El incidente nuclear en Japón está lejos de haber llegado a su fin y las consecuencias reales aún se desconocen.
Sin embargo, en todo el mundo se ha dado la voz de alarma.
Varios gobiernos que han apostado por su desarrollo para tratar de reducir las emisiones de carbono generadas por otras formas de producción de energía como el gas o el carbón, han detenido sus proyectos u ordenado la revisión de sus medidas de seguridad.
China, que actualmente está construyendo 27 nuevos reactores, - alrededor del 40% de todos los que se construyen en estos momentos en todo el mundo-, suspendió la aprobación de nuevas centrales nucleares y dijo que llevará a cabo controles en los reactores existentes y en construcción.
Pero no es primera vez que se inclina la balanza en contra de la energía nuclear y su seguridad. De hecho, el tema siempre ha generado posiciones encontradas.
Según críticos, "las centrales nucleares son una fuente de energía sucia y peligrosa y siempre serán vulnerables a la combinación potencialmente mortal de un error humano, fallos de diseño y desastres", señaló a BBC Mundo Conrado García del Vado, miembro de la organización ambientalista Greenpeace en España.
Pero para otros, "es la forma de energía más económica y ambientalmente más segura", aseguró a BBC Mundo Ian Hoie-Lacy, jefe de comunicación de la organización promotora de la energía atómica, World Nuclear Association.

Lo bueno, lo malo, lo feo

Desastre nuclear en Fukushima
Imágenes como esta han aumentado el pánico mundial a las radiaciones.
Producir energía nuclear genera muy bajas emisiones de carbono, por lo cuál es muchas veces descrita como una forma menos contaminante que las tradicionales.
Es un proceso limpio, aunque no exento de impactos medioambientales secundarios, como el producido por la extracción del combustible nuclear.
Incluso, el reprocesamiento de combustible nuclear, que se lleva a cabo en países como Japón, Francia y el Reino Unido, genera también impactos ambientales negativos.
A esto se suman los desechos radioactivos, dañinos para la salud del ser humano y para el medio ambiente, y que deben ser eliminados de una manera muy segura, algo que no siempre se cumple.
Pero, a pesar de todos estos posibles impactos negativos, la producción de energía atómica es más limpia que las centrales termoeléctricas que queman combustibles fósiles.
De hecho, el carbón es el más denso de los combustibles fósiles y es el principal impulsor del cambio climático causado por el hombre, aseguran los ambientalistas.
Según un artículo publicado en la revista Scientific American, "las cenizas volantes producidas por una central termoeléctrica emiten al ambiente circundante 100 veces más radiación que una planta de energía nuclear que produce la misma cantidad de energía".

La combinación es la respuesta

Ante la creciente demanda de energía eléctrica, si se descartara la energía nuclear, ¿cuáles serían las alternativas energéticas que menos impactan al medio ambiente?
La mayoría de los países que están buscando una forma para reducir las emisiones de carbono resultantes de la generación de electricidad, están implementando una combination de distintas opciones.
Dr. Jeff Hardy, Centro de Investigación de la Energía, Reino Unido
"La mayoría de los países que están buscando una forma para reducir las emisiones de carbono resultantes de la generación de electricidad, están implementando una combinación de distintas opciones", asegura a BBC Mundo el doctor Jeff Hardy, del Centro de Investigación de la Energía en el Reino Unido.
"Por ejemplo, los propios japoneses son un ejemplo de esta combinación. La energía nuclear es solo una de las fuentes generadoras de energía, pero el resto de su electricidad proviene de termoeléctricas, hidroeléctricas, y otras fuentes de energía renovables como centrales eólicas", agrega Hardy.
Depender solamente de las energía renovables como el sol, el viento o el agua, aunque positivo para el medio ambiente, es inviable ya que el suministro es más difícil de garantizar, agrega.
"No demos olvidar que las energías renovables son intermitentes, por lo que no reemplazan de manera directa a la energía nuclear", explica a BBC Mundo el profesor Nigel Brandon, del Laboratorio de Energía para el Futuro, del Reino Unido.

Nuevas tecnologías

Los especialistas consultados por BBC Mundo agregan que se están desarrollando nuevas tecnologías para tratar de reducir las emisiones del carbono generadas por las termoeléctricas, la forma más contaminante de producir electricidad.
"Se trata de una tecnología que captura y almacena el CO2 resultante de la quema de combustibles fósiles", explica el científico británico.
"Y la otra alternativa sería la eficiencia energética, que se trata de que cada uno de nosotros logre reducir el consumo de electricidad en el planeta", agrega.

Lecciones a aprender

Fábrica en Chhina
Sospecho que habrá un retroceso a los combustibles fósiles, lo que da lugar a una mayor necesidad de encontrar una respuesta sobre qué hacer con las emisiones de carbono, que ya no es secreto para nadie, juegan un gran papel en el cambio climático.
Profesor Nigel Brandon, Laboratorio de Energía para el Futuro, Imperial College London
El profesor Nigel Brandon, del Laboratorio de Energía para el Futuro, en el Imperial Collegede Londres, concuerda con la idea de que la energía del futuro provendrá de una mezcla de fuentes diversas y que la energía nuclear no se descartará.
"Lo que no puedo saber es si tras la posible catástrofe de Japón, las centrales nucleares jugarán un papel más preponderante en la generación de energía, o si su reducirá su uso", afirma Brandon.
"Lo que sí creo es que indudablemente el desastre en Fukushima tendrá un impacto en la percepción pública, y habrá que entender que ocurrió a causa de un evento extremo".
"En el futuro habrá que prestar mas atención a que las plantas no se construyan en zonas de fallas, en la costas propensas a tsunamis, o en ningún otro lugar que sea geológicamente inseguro. Además, habrá que asegurarse que los sistemas de enfriamiento funcionen", agrega.
"Y mi última visión sobre la generación de energía después del desastre en Fukushima me temo que es negativa".
"Sospecho que habrá un retroceso a los combustibles fósiles, lo que da lugar a una mayor necesidad de encontrar una respuesta sobre qué hacer con las emisiones de carbono, que ya no es secreto para nadie, juegan un gran papel en el cambio climático", añade el experto de Laboratorio de Energía para el Futuro.