miércoles, 19 de enero de 2011

“Leao', un perro que no se separa de la tumba de su dueña
En medio de la tragedia por las inundaciones en Brasil, que obliga a contar cadáveres por centenares, esta historia los conmovió
Redacción/Agencias


RÍO DE JANEIRO, 17 de enero.- En medio de la tragedia por las inundaciones y los aludes, que obligan a contar cadáveres por centenares, el pueblo brasileño se conmovió con la historia de “Leao”, un perro que no se aleja de la tumba de su dueña, sepultada hace ya varios días.
“Hay un perro, llamado Leao, que no sale de la tumba de su dueña, Cristina Maria de Santana”, comentaron los socorristas, y el caso impactó tanto que la foto de Leao ya recorrió el mundo.
La historia, sin embargo, tiene varios antecedentes conocidos y comprobados. El amor de algunos perros por sus dueños supera todas las barreras imaginables. Aquí los casos más recordados, muchos de los cuales motivaron la construcción de estatuas en honor a los animalitos:
Bobby Greyfiar“. Durante 14 años, este terrier de Edimburgo, Escocia, permaneció sentado en la tumba de su amo John Gray. La leyenda del terrier se hizo tan famosa que personas comenzaron a alimentarlo y darle refugio durante el invierno. “Bobby” continuó montando guardia hasta el día de su muerte, en 1872. Tiempo después, la población del lugar construiría una estatua en su honor, mirando hacia la tumba de John Gray. Actualmente, la estatua de Booby se encuentra a las afueras de una bar de Edimburgo que lleva su nombre.
“Collie”. En el cementerio de la Piedad, en Rosario, Argentina, un perro de nombre “Collie” vigila la tumba de su dueño desde hace cinco años. Según el guardia del panteón, Collie llegó el mismo día en que enterraron a su dueño y nunca han podido sacarlo del lugar. El perro jamás se ha alejado del lugar. Durante el día toma la siesta en un sitio cercano a la tumba y el resto del día está en la entrada de las oficinas del cementerio.
Lobito”. La historia de Collie no es la única de fidelidad canina en el panteón de La Piedad. Un perro negro y lanudo llamado “Lobito”, permaneció ocho años en el lugar hasta que la hermana de una empleada del lugar lo llevó a su casa y murió.
Ovejero”. En el mismo cementerio de Rosario, un perro de nombre Ovejero, murió de tristeza tras cuatro años de merodear la tumba de su dueño.
Clara". En 2007, Clara, una perra de color blanco con manchas negras, se negó a abandonar la tumba de su amo en el cementerio de Safed, al norte de Israel. Personas que escucharon la historia a través de la radio, donaron comida para la perra durante un año.
Perro de Málaga. Un perro apareció en marzo de 2009 junto a la tumba de un anciano extranjero en el panteón de Nerja en Málaga, España.
De acuerdo con personas de la zona, el perro siempre regresaba antes del cierre del panteón para pasar la noche con su dueño. Vecinos del cementerio le daban de comer y algunos, incluso, intentaron adoptarlo; sin embargo, el perro siempre regresaba al sepulcro de quien fuera su dueño.
Hachiko”. Una historia similar es la de un perro japonés de raza Akita. “Hachiko” nació en 1923 en la ciudad japonesa de Odate y un año después fue llevado a Tokio por su dueño, un profesor de agricultura llamado Hidesamuro Ueno.
Cada noche, el perro esperaba a su amo en la estación de tren Shibuya. En 1925, el profesor Ueno falleció y Hachiko quedó abandonado en la calle.
“Hachiko” continuó regresando a la estación de tren en espera del regreso de su amo durante los siguientes diez años.
En memoria de la fidelidad del perro, se construyó una estatua en las afueras de la estación Shibuya y se realizaron dos películas sobre la vida de Hachiko, una en Japón y otra en Estados Unidos, protagonizada por Richard Gere.
Más importante fue el hecho de que Hachiko ayudó a la preservación de la raza Akita, ya que solo quedaban 30 canes puros, en todo Japón. Actualmente, la población de esta raza supera los miles.
leao_nota
2011-01-17 10:28:00

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