Un kilo de este producto vale tan solo 81 centavos de dólar, más económico en comparación a otros.
El estudiante mexicano Víctor Reynoso Martínez ganó recientemente la medalla de oro en el Canada-Wide Science Festival por su proyecto para elaborar fertilizante a base de orina humana, informó hoy el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt).
Reynoso de 15 años, originario de Tultitlán, en el central Estado de México, obtuvo el oro en la categoría de innovación tecnológica con su proyecto "Pastillas fertiorin", que consiste en un fertilizante sólido de lenta liberación hecho a base de la orina humana, indicó el Conacyt en un comunicado.
Entrevistado por el Consejo, el estudiante dijo que su trabajo compitió contra más de 50 proyectos de jóvenes de países como Canadá, Turquía y Australia, entre otros. La idea de su proyecto surgió porque cerca de su casa observó que los dueños de una parcela de papa la regaban con aguas residuales y usaban el excremento de animales como abono para la tierra, relató.
"Empecé a investigar con qué más se podría regar y encontré que la orina tenía un gran poder fertilizante y también vi que se podían hacer pastillas fertilizantes a base de algo, y decidí que serían de orina humana", dijo.
Señaló que las pastillas con las que ganó el oro están conformadas de orina sólo en un cinco por ciento y explicó que cada una "suelta sus elementos químicos como el nitrógeno, fósforo y potasio cada vez que la planta lo necesite". "Una pastilla puede ser suficiente hasta por seis meses", aseveró.
El estudiante de preparatoria añadió que luego de probar en cultivos de papa, haba y fríjol de su escuela, obtuvo muy buenos resultados. Resaltó queactualmente el kilo de fertilizante tiene un costo de entre 150 y 200 pesos (8,1 a 10,7 dólares), mientras el kilo de su producto tiene un costo de aproximadamente 15 pesos (81 centavos de dólar). "La idea es que sea un producto que esté al alcance de toda la gente", destacó.
Víctor Reynoso Martínez ya ha ganado otros reconocimientos internacionales. En 2012, cuando tenía 11 años, obtuvo su primer reconocimiento en ExpoCiencias Internacional para América Latina, realizado en Paraguay, con el trabajo "Una Navidad sin niños quemados".
Dicho proyecto consistió en un retardante de fuego hecho a base de sales de fosfato que se puede aplicar a la ropa. La idea surgió luego de un incendio cerca de su casa provocado por luces navideñas en el que murieron niños pues las casas de la zona son de cartón. También desarrolló el proyecto "Nopalli tlacehuiloni", que consistió en crear una pintura antifuego hecha a base de la baba de nopal que se aplica directamente en las paredes.
En ferias de ciencia y tecnología mexicanas presentó otros dos proyectos: "Cable de fibra óptica eléctrico y datos antirroedores enchilado" y "El cigarro mata a las personas y las colillas a nuestro planeta". El joven participará el próximo año en la Feria de Ciencias INTEL ECO 2017, que se realizará en Kiev, Ucrania.
Más ingresos, más producción y todo eso con un impacto menor en el cambio climático. Esos logros ya son realidad en una iniciativa pionera en Colombia, impulsada por el Centro de Agricultura Tropical (CIAT), y la universidad UniCauca. La idea es aplicar un nuevo modelo de silvopastoralismo, usando pastos altamente nutritivos en extensiones de bosque, reduciendo al mismo tiempo la desforestación y las emisiones de metano.
NEIL PALMER CIAT
Un sistema de ganadería "inteligente" es como el CIAT describe la combinación de pastos y bosques que se está aplicando en el valle del Patía, en el Departamento del Cauca, en el suroeste de Colombia.
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El sistema está siendo probado con cerca de 200 productores, que han logrado aumentar su producción en la misma extensión de tierra, reduciendo al mismo tiempo el impacto de la ganadería en el cambio climático.
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La idea es dividir la finca en seis parcelas y rotar los animales cada cinco días. En la primera parcela se planta brachiaria, un pasto nativo de África, que es más nutritivo y tolerante a sequías que otras variedades locales. Este pasto no sólo disminuye la erosión, sino que es más fácil de digerir, por lo que el ganado emite menos metano por kilo de carne o litro de leche.
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El ganado completa su pasaje por toda la finca en un mes. En la segunda parcela se está plantando canavalia, una leguminosa que fija nitrógeno atmosférico en el suelo aumentando su fertilidad y reduciendo la necesidad de fertilizante.
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Los agricultores que participan en la iniciativa reportan un incremento importante de la producción. En algunos casos la producción de leche de cada vaca se ha duplicado y los animales van al matadero a los dos años, en lugar de cinco. Los mayores ingresos han permitido a productores enviar a sus hijos a la universidad.
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El aumento de la producción reduce la demanda de nuevas tierras para ganadería, lo que disminuye a su vez la desforestación. El silvopastoralismo es uno de los elementos incluidos en el plan de reducción de emisiones de gases de invernadero que Colombia presentó en la cumbre sobre cambio climático en París en 2015.
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Científicos de UniCauca prueban y desarrollan nuevos forrajes para incorporar al sistema de rotación de parcelas.
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Los investigadores de UniCauca también buscan comprender qué factores han impedido en el pasado la expansión de otras experiencias de silvopastoralismo. Entre los obstáculos posibles está la falta de títulos de tierra, que dificulta el acceso a créditos para obtención de semilla.
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El gobierno colombiano espera introducir el silvopastoralismo en cerca de seis millones de hectáreas. "El silvopastoralismo puede ser un elemento crucial para ayudar a los agricultores del trópico a aumentar la producción avanzando al mismo tiempo en mitigación y adaptación al cambio climático", señaló Peter Laderach, investigador del CIAT.
El desperdicio de alimentos es un grave y creciente problema, y todos tenemos un cierto grado de culpa.
Es tal la comida que se tira cada año, que la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura estima que con reducir los desechos de alimentos en un 25% se podría alimentar a todas las personas desnutridas del mundo.
Si quieres contribuir a que menos comida termine en la basura, aquí te ofrecemos siete consejos.
Salva tu ensalada
Nos encantan los vegetales frescos, pero cuando se trata de la ensalada, con frecuencia tiramos las hojas "feas".
Pero, ¿sabías que puedes cocinar la lechuga y congelar hierbas frescas?
En este apartado, la ciencia está ayudando a producir lechugas que duren más.
Científicos de la universidad de Southampton, en Inglaterra, descubrieron que las lechugas con hojas más pequeñas, pero más fuertes, con muchísimas células pequeñas apiñadas una con otras, duraban más.
Así que iniciaron un programa de cultivo para producir lechugas con estas características.
Pero incluso las lechugas menos resistentes se pueden beneficiar de tener su tallo en agua, tal y como haces con las flores.
Esto permitirá que se mantengan frescas y crujientes, e incluso sus hojas marchitas pueden revivir tras un rápido remojo en agua fría.
Cada grano cuenta
Cuando el arroz se cocina demasiado y queda apelmazado, a menudo puede terminar en la basura.
Por otro lado, comer sobras de este grano cocido puede ser arriesgado, puesto que si se deja demasiado tiempo a temperatura ambiente las bacterias se multiplican con rapidez.
Pero si lo refrigeras justo después de cocinarlo, es seguro comerlo al día siguiente.
Y en cuanto al arroz apelmazado, puedes cocinarlo con huevo y queso en pequeñas tortitas fritas o hacer verduras rellenas.
Sácale el jugo a tus frutas
No sólo estamos hablando de hacer batidos de frutas (aunque también es una opción)
Para evitar que se pudran, muchas frutas las puedes cocinar e incluso congelar.
Por ejemplo, congela las uvas y agrégalas a las bebidas o licúalas para hacer sorbetes.
Si las cubres en caramelo o las congelas con azúcar es un delicioso postre.
Las ciruelas también pueden ir al congelador, una vez que le hayas sacado la semilla.
También son excelentes en ensaladas con queso o puedes hacer mermeladas.
No te olvides de tus papas
¿Tienes demasiadas papas germinando en un rincón oscuro de la cocina? Una solución rápida es compartirlas con otros.
También puedes convertirlas en puré o incluso congelarlas.
"Una papa que ya ha pasado ese punto perfecto, pero todavía no le han salido hongos, todavía se puede usar", le dice a la BBC el chef Tim Maddams.
Cuando se trata de rescatar platos hechos con papas, Maddams aboga por la imaginación.
¿Tienes unas papas gratinadas en el congelador? "Pícalas en cuadros, pásalos por harina, fríelas y ponle un huevo encima", aconseja.
El pan después del pan
El pan es uno de los alimentos más populares del mundo, y a la vez es uno de los que más terminan en el cesto de la basura.
Organizaciones estiman que -sólo en el Reino Unido- cada año se tiran unas 680.000 toneladas.
¿Cómo puedes sacar el máximo provecho a este noble alimento?
A mucha gente se le olvida que se puede congelar, ya sea en rodajas o entero.
También se puede moler para hacer esas migas que tan bien quedan con las milanesas.
Las tostadas duras se pueden bañar en huevo revuelto y freírlas para hacer unas tostadas francesas o pudín de pan.
Y siempre está la posibilidad de cortar el pan en pequeños cubos, rociarlo de aceite de oliva, meterlo en el horno para hacer pequeños croutons o crostinis.
Congelar o no congelar
Cuando es mejor congelar, ¿antes o después de cocinar?
Si se trata de sopas, granos, estofados, guisos o comida para bebé, lo mejor es congelarlos después de cocinar, puesto que no se secarán al recalentarlos.
Pero si estamos hablando de pizza, lasaña o canelones, entonces ensambla todos los ingredientes y mételos al congelador.
Sólo cuando lo vayas a comer, mételo al horno, así evitas que se cocine demasiado.
En cuanto a ingredientes básicos, puedes congelar migas de pan, pasta de hojaldre, mezcla de galletas, mantequilla, claras de huevos y leche para consumirlos después.
¿Y si se pasa la fecha de vencimiento?
Algunas de las fechas de vencimiento no se basan en la seguridad del producto sino en su sabor, según Dana Gunders, científica de comida del Consejo para la Defensa de Recursos Naturales en Estados Unidos (NRDC, por sus siglas en inglés).
Por ejemplo, los nachos no te van a enfermar si te los comes un mes después de la fecha de vencimiento, comenta Gunders, aunque te parecerá que les faltará sabor.
Pero si los metes al horno con un poco de aceite, volverán a ser crujientes.
Esta científica asegura que los yogures pueden durar hasta seis semanas después de la fecha de vencimiento.
"He comido yogures meses después de la fecha y nunca he tenido problemas", asegura.
El chocolate es otro alimento que puede durar mucho tiempo. Gunders explica que esa capa blanca que suele salir se debe a la exposición al aire de la barra de chocolate. Pero no se trata de ningún hongo.