"Espero que el cura de mi parroquia no me castigue por decir esto, pero no tomo mis políticas económicas de mis obispos, cardenales o de mi Papa".
Con estas palabras, el candidato republicano a la Casa Blanca Jeb Bush -católico y hermano del expresidente estadounidense George W. Bush- se refirió hace unos días a la encíclica sobre el medio ambiente y el cambio climático escrita por el papa Francisco y que fue dada a conocer este jueves por el Vaticano.
En el esperado documento, del que un semanario italiano filtró algunos extractos a principios de esta semana, el pontífice hace un llamado a proteger a nuestro planeta de la degradación medioambiental y carga contra el actual sistema económico que explota los recursos naturales sin consideraciones éticas o morales.
Bush, quien también aseguró que no cree que la religión deba mezclarse con cuestiones "que tengan un efecto en el ámbito político", se unió así al coro de políticos, empresarios y medios conservadores que en los últimos días han atacado al papa Francisco por opinar sobre un tema que creen no le compete.
La encíclica papal, publicada bajo el título Laudato Si (Alabado Seas), es la primera que Jorge Bergoglio ha escrito enteramente ("Lumen fidei" había sido redactada casi íntegramente por Benedicto XVI) y está dirigida no solo a los católicos, sino a todos aquellos que puedan contribuir a detener la degradación de "la casa común que Dios nos ha confiado".
En ella el Papa trata asuntos como la conexión entre el cambio climático y la contaminación, la pérdida de la biodiversidad, la mala gestión de los recursos, la desigualdad entre las regiones ricas y pobres del planeta o la tibia respuesta de los líderes políticos y económicos ante el desafío de la actual crisis medioambiental.
Esta encíclica, la primera de un pontífice dedicada enteramente al medio ambiente, ha dado nuevos argumentos a aquellos en EE.UU. que creen que el Papa es "demasiado liberal" o incluso de tendencias "comunistas", por su posición aperturista en cuestiones sociales y por sus críticas al "capitalismo salvaje" y a la "dictadura de la economía".
Al fin y al cabo, los conservadores en EE.UU. son conocidos por negar la conexión entre el cambio climático y las actividades humanas, y por oponerse a la adopción de medidas que limiten, por ejemplo, la emisión de gases con efecto invernadero.
"Dejar la ciencia a los científicos"
Es por eso que el documento de Bergoglio no ha sido bien recibido incluso por muchos cristianos estadounidenses, que en el pasado se alinearon con los postulados del papa Juan Pablo II o de Benedicto XVI, pero que no comulgan en importantes asuntos con el actual pontífice.
Hace unas semanas fue Rick Santorum, candidato republicano de cara a las presidenciales de 2016 y católico devoto, quien dijo en una entrevista de radio que "la iglesia se ha equivocado en cuestiones científicas varias veces" y que debería "dejar la ciencia a los científicos" y centrarse en cuestiones de "teología y moral".
En el pasado Santorum, quien es padre de familia numerosa, llegó a asegurar que "a veces es difícil escuchar" al papa Francisco por algunas de sus declaraciones, como en las que dijo que "ser un buen católico no implica tener hijos como conejos".
Mientras, el republicano Jim Inhofe, presidente del comité medioambiental del Senado de EE.UU., quien hace unos meses ocupó numerosos titulares de prensa por presentar una bola de nieve como prueba de que el cambio climático es "un fraude", le dijo al Papa "que se preocupe de sus propios asuntos".
Algunos periodistas del conservador canal Fox News también opinaron sobre la cuestión.
Por ejemplo, el controvertido satirista Greg Gutfeld dijo que con sus posicionamientos Francisco "es peligroso" porque "busca el respeto de sus adversarios", dando a entender que el catolicismo es incompatible con los movimientos ambientalistas.
"No quiere ser un Papa abuelo. Quiere ser un Papa moderno. Le faltan unas rastas y un perro con un pañuelo para unirse al movimiento Occupy Wall Street (Ocupa Wall Street)", dijo Gutfeld.
Por su parte, Michael McKenna, un asesor republicano citado por el diario New York Times, que se describe a sí mismo como un "conservador católico", dijo que el Papa está "vendiendo una línea de socialismo de estilo latinoamericano" y que Bergoglio "no está en sintonía con la iglesia católica de EE.UU.".
McKenna también aseguró que Jeb Bush y Marco Rubio -este último el senador cubanoestadounidense que también aspira a la presidencia de EE.UU. y que en el pasado ha negado la conexión entre las actividades humanas y el cambio climático- "están más en línea con la iglesia católica estadounidense" que el actual Papa.
Católicos divididos
Pero las palabras de Santorum o McKenna sobre Bergoglio no parecen reflejar la opinión de muchos católicos en EE.UU.
Según los datos de una reciente encuesta del centro de estudios Pew, un 86% de ellos tiene una visión positiva del Papa y un 71% cree que el planeta se está calentando.
Pese a ello, la encuesta del Pew refleja una división partidista entre los católicos estadounidenses sobre el asunto del cambio climático.
Así, la mitad de los católicos republicanos creen que hay pruebas inequívocas de que la temperatura de la Tierra está aumentando, comparado con un 80% de los católicos demócratas.
De entre los primeros, sólo una cuarta parte cree que el hombre tiene algo que ver con el cambio climático y que este supone un riesgo serio, una cifra que entre los demócratas se sitúa alrededor del 60%.
Pero parece que los que se oponen a que el Papa se pronuncie sobre cuestiones medioambientales no sólo se encuentran entre los conservadores de EE.UU. sino también dentro del propio Vaticano.
La filtración a principios de esta semana a la prensa de extractos de la encíclica papal fue interpretada por algunos como una estrategia de los sectores más conservadores de la iglesia para disminuir el impacto mediático del mensaje del pontífice.
Los analistas creen que con la encíclica publicada este jueves el Papa espera influir en el debate de la próxima Conferencia de Naciones Unidas sobre Cambio Climático, que se celebrará en el mes de diciembre en París.
En este encuentro se debería llegar a un acuerdo vinculante que sustituya el Protocolo de Kioto, fijando nuevos límites a la emisión de gases con efecto invernadero.
Además, la publicación de Laudato Si se produce apenas tres meses antes de que el Papa realice su primer viaje oficial a EE.UU., durante el cual se dirigirá a la Asamblea General de Naciones Unidas y a una sesión conjunta de las dos cámaras del Congreso estadounidense.
Habrá que esperar para ver la reacción que tendrán ante esta visita aquellos conservadores que en los últimos meses no han dudado en criticar la "agenda liberal" del Papa, al que figuras como el locutor conservador Rush Limbaugh han llegado a tachar de "marxista" por sus ideas sobre el capitalismo.
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